J.M. Firearms Collection

BERGMANN - BAYARD Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Anciens Etablissements Pieper
Herstal (Bélgica)
1909
Semiautomático
102 mm
1012 gr
Madera
6 estrí­as
Theodor Bergmann fue un brillante hombre de negocios alemán nacido a mediados del siglo XIX y fallecido en 1915, que logró la mayor parte de sus éxitos gracias al talento de haberse sabido rodear de excelentes colaboradores, destacando entre ellos la figura del célebre ingeniero Louis Schmeisser.

Bergmann patentó su primera pistola en 1892. Diseñada por Otto Brauswetter, un relojero nacido en la localidad húngara de Szegedin era un híbrido entre revólver y pistola semiautomática, diseñada así para gustar a todo tipo de clientes pues eran años de transición entre ambas armas y el apego a la tradición competía con el de la innovación.

Tenía su empuñadura redondeada y el percutor del tipo perrillo. Fue el único diseño de Theodor Bergmann en el que no estuvo presente Schmeisser, y adolecía de tal cantidad de fallos que jamás llegó a fabricarse.

A partir de entonces patentó pequeñas pistolas en calibres 5 y 6,5 mm que se vendían muy bien como armas de bolsillo, pero como hombre de negocios que era, trató de introducirse en el mundo de las armas militares que era donde se obtenían los mayores beneficios. Por ello, en 1897 patentó y fabricó una pistola de calibre 8 mm con miras a cubrir ese sector, pero para su desgracia, sólo un año antes había salido al mercado la célebre pistola Mauser C-96, muy superior en todos los sentidos a la suya.

No se desanimó, y en 1901 comenzó a diseñar una pistola que se alimentaba de un cartucho de 9 mm de su invención más potente que el Parabellum, denominándolo 9 mm. Bergmann Bayard, aunque en España, erróneamente como luego explicaré, siempre fue conocido como 9 mm Largo. En 1903 la sacó al mercado con el nombre de Pistola Mars, siendo la antecesora de la pistola de este artículo.

El alojamiento para el cargador se ubica delante del guardamontes, y está ideado para 6 cartuchos que se podían cargar desde arriba, por deslizamiento desde un peine exterior, al igual que se hace con el fusil Mauser o, simplemente extrayendo su propio cargador.

Mientras, el ejército español estudiaba la posibilidad de adoptar una pistola semiautomática que reemplazaran a los ya obsoletos revólveres tipo Smith & Wesson declarados reglamentarios por Real Orden en 1884. Para ello, la Comisión de Experiencias de Artillería y de la Junta Superior Facultativa del Ejército experimentó con numerosas armas que fue descartando hasta decantarse sólo por dos: la Bergmann Mars y la Mauser C-96.

Su elección final, como luego quedaría más que probado, fue de lo más inapropiada al decantarse por la Bergmann, basándose en su sencillez de mecanismo, facilidad de fabricación y, sobre todo, precio del arma. Alegaron también a su favor la ventaja que tenía ésta sobre la Mauser de poder contar con dos sistemas de carga: una por cargador de lámina y otra por peine. De este modo la Bergmann Mars 1903, fue la primera pistola semiautomática declarada reglamentaria para el ejército español por Real Orden del 5 de septiembre de 1905. Sólo Bélgica y Suiza se adelantaron a España en la adopción como reglamentaria de una pistola semiautomática.

Las peripecias que tuvo que pasar Bergmann para intentar hacer frente a este pedido son merecedoras de ser contadas y a ésto dedico, de manera resumida, el párrafo siguiente:

Teniendo en cuenta que el primer pedido de España no fue numeroso, y que la Bergmann, en aquel momento, carecía de importantes pedidos de otros países que le permitieran establecerse por su cuenta, entenderemos el porque tuvo que subcontratar el pedido a la fábrica alemana V. CH. Schilling situada en la localidad de Suhl. Para su desgracia, ésta a su vez fue absorbida por otra llamada Heinrich Krieghoff que repudió el pedido al decidir no fabricar armas cortas, quedándose Theodor Bergmann con el contrato pero con la imposibilidad de hacerlo efectivo. Para colmo, el plazo de entrega al ejército español estaba a punto de expirar, y todavía no había fabricado ni un solo tornillo, no quedándole más remedio que solicitar una ampliación de éste que le fue concedido seguramente debido a la calma chicha que reinaba entonces en España después del desastre del 98. Pero ni aun así conseguía quien se las fabricase, por lo que al final no tuvo más remedio que venderles el pedido y la patente a la fábrica Anciens Etablissements Pieper, de Herstal (Bélgica).

La Pieper le varió el nombre, pasándose a denominarse Pistola Bayard debido a que su fábrica estaba situada en la calle que lleva ese nombre en la localidad belga de Herstal. Bayard era el nombre de un héroe medieval de la ciudad y ese es el motivo de que se le conozca por Bergmann Bayard.

El 9 de julio de 1909, un grupo de rifeños dispararon contra unos trabajadores españoles que estaban reparando la vía ferroviaria que salía de Melilla; incidente que encendió la mecha de una nueva guerra contra las cábalas independentistas del Protectorado. Dicha confrontación que duraría 12 años se la conoce como La Campaña del Rif, y tuvo la suficiente transcendencia como para hacer despertar de su letargo el ejército español, exigiendo urgentemente el pedido realizado. Así, por Real Orden del 16 de noviembre de 1909 se aprobó por fin el uso reglamentario de esta pistola puesto que algunos oficiales la habían comprado ya por cuenta propia. Debido a las modificaciones que había realizado la fábrica Pieper durante el año anterior, pasó a denominarse oficialmente Pistola Modelo 1903/08.

Por fin llegó el pedido, entregándose un lote compuesto de 3.000 unidades que a la postre serían las únicas que se servirían. Sus números de serie empezaban en el 1.001, y al no ser consecutivos, llegaban hasta cerca del 5.000.

Por Real Orden de 17 de Febrero de 1911 se declaró reglamentaria la sustitución de las cachas de caucho originales por las de madera construida por la Fábrica de Oviedo.

Si los periplos por los que pasó Bergmann fueron increíbles, no lo fueron menos los que pasó su arma en la corta historia en la que sirvió en nuestro ejército.

La oficialidad del ejército que servía en África y que tenía todavía como reglamentario el revólver tipo Smith & Wesson Modelo 1884, agradeció la adopción de la Bergmann, pues por fin contaban con un arma potente, de gran alcance y velocidad de tiro que permitía cubrir avances o proteger retiradas ante un enemigo mucho más numeroso.

Después de pasar un tiempo en los campos de batalla del Rif, sus usuarios determinaron que no contaba con la calidad precisa para cumplir con el desempeño a que había sido destinada, acusándosele también de ser peligrosa debido a los contrastados accidentes que producía. Realmente su construcción deja mucho que desear, y los materiales empleados en ella no eran los más idóneos. La mayoría de sus accidentes se debieron a la rotura del puente trasero al habérsele asignado el cartucho 9 Largo español sin tener en cuenta que el original del arma, el 9 mm Bergmann-Bayard, tenía menos carga; exactamente 0,48 gramos de pólvora, por lo que la Real Orden de 14 de octubre de 1912 redujo esta a 0,40 gramos. Un importante testimonio sobre lo escrito lo aporta el coronel de infantería Antonio Vázquez de Aldana, que escribió en 1915 el libro "Armas y Defensa" en él que se lee: “Es la Bergmann una pistola muy bien estudiada pero mal construida. De ocho que he tenido, tres se me han despedazado haciendo fuego. Una de ellas, en el Campo de Carabanchel ante la Comisión de Experiencias”.

Fueron tan frecuentes los encasquillamientos y graves los accidentes que en 1912 el ejército prohibió su venta mientras que una comisión designada a tal efecto no revisase su funcionamiento, lo cual nunca se llevó a cabo pues el ejército no podía permitirse carecer de un arma corta, con lo que ese mismo año fue suplantada por la pistola Campo-Giro.

Ostenta el dudoso honor de ser el arma más fugaz en la historia de nuestro ejército, pues aunque se declaró reglamentaria en 1905, no fue hasta 1909 cuando se entregaron a la oficialidad, siendo suplantada por la Campo-Giro sólo tres más tarde.

El hecho de que fuese tan mal acogida ocasionó que no se realizasen más pedidos, siendo sólo esas 3.000 unidades iniciales las que se repartieron, lo que la convierte en una pieza muy interesante y cotizada por los coleccionistas.

Aparte de en España, también tuvo protagonismo en Europa durante las dos Guerras Mundiales. En 1914, durante las primeras semanas de la Primera Guerra Mundial, conquistada Bélgica, los alemanes ocuparon la planta de Pieper en Herstal donde se fabricaba la Bergman Bayard. El 8 de agosto de 1917, el Arsenal del Ejército Prusiano la ofreció a los oficiales del ejército alemán para que la compraran por su cuenta. El experto James Stewart afirma en un artículo de 1973 de la revista Gun Digest que durante la ocupación los números de serie comprendidos entre el 15.000 y el 16.000 fueron fabricados bajo las especificaciones del ejército alemán.

El estallido de la Gran Guerra también tuvo repercusiones para Dinamarca que la había adoptado en 1910, habiéndole servido la fábrica Pieper 4.840 unidades hasta 1914 en que los pedidos fueron interrumpidos por la mencionada ocupación de la fábrica por parte de los alemanes.

Tras la guerra, los daneses compraron a la Pieper la licencia para fabricarla y así lo hicieron de 1922 a 1935 en que cesaron su producción tras haber salido de sus talleres 2.200 pistolas. La denominaron Bergmann Bayard 1910/21 y le añadieron algunos cambios, los más destacables fueron adaptarles unas cachas de mayor tamaño y altura, cambiar la forma del muelle real pasando de ser recto a tener forma de “S” y colocar la inscripción M. 1910/21 en el lado izquierdo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, concretamente en abril de 1940, Alemania ocupó Dinamarca permaneciendo allí hasta el final de la guerra. Algunas de las Bergman capturadas pasaron a formar parte de su dotación, designándola como pistole 644 (d) y marcándolas con el Waffenamt WaAC6.

Jesús Madriñán
Datos técnicos
Anciens Etablissements Pieper
Herstal (Bélgica)
1909
Semiautomático
102 mm
1012 gr
Madera
6 estrí­as
- OLD PIEPER ETABLISSEMENTS -

Fundada el 4 de Agosto de 1905, se especializó en la fabricación de escopetas y rifles de caza. Estaba ubicada en las calles Bayard y Nessonvaux de la localidad belga de Lieja. En 1907 erige una nueva fábrica en Herstal, en el número 73 de la calle Petite Foxhalle.

En 1908 asume y cumple los contratos del armero Bergmann para la fabricación y entrega de la pistola de su invención que les habí­a vendido a los gobiernos danés y español.

En agosto de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, la fábrica se vio obligada a trabajar para el invasor alemán a quien proporcionó gran cantidad de armas, bayonetas para los fusiles Mauser y piezas para la pistola Luger P.08.

En 1918, a pesar de una crisis armamentí­stica consecuencia del final de la guerra, la producción sigue bajo dirección de Joseph Declaye, fabricando armas de caza. Poco después patenta dos rifles (los Modelos 1921 y 1927) que comienza a fabricar junto con revólveres tipo Smith & Wesson y una escopeta con cargador tubular.

En 1934 el ejército belga adopta una versión mejorada del subfusil Schmeisser, y se le concede su elaboración, pasando a denominarse Schmeisser-Bergmann. También consigue que le sea asignada la transformación de parte de los viejos fusiles Mauser Modelo 1889. Jean Franí§ois Declaye sustituye con éxito a su padre a la cabeza de la compañí­a.

En 1940, durante la II Guerra Mundial, la fábrica es requisada de nuevo por las tropas alemanas, y una comisión de ese paí­s será la encargada de organizar la producción de ametralladoras pesadas para la Luftwaffe.

Liberada por los americanos en septiembre de 1944, intenta volver a la normalidad fabricando escopetas y armas de aire comprimido, pero la Pieper no logró superar esa crisis, declarándose en bancarrota en 1953 y cesando sus actividades en 1954. En 1956 fueron vendidos todos sus edificios que serí­an destruidos en 1957, derrumbándose con ellos una parte muy importante de la historia armamentí­stica belga del siglo XX.