J.M. Firearms Collection

SMITH & WESSON HAMMERLESS Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
SMITH & WESSON
1890 - 1910
Simple acción
97 mm.
Nácar
Estriada
En 1882 Joseph Wesson patenta una serie de revólveres que denominó de manera genérica Hammerless (en castellano, sin martillo). Precisamente su principal caracterí­stica es que el percutor, en forma de aguja, está alojado dentro de la caja de mecanismos del revólver. Con ello se conseguí­a mayor seguridad y rapidez al desenfundarlo, pues impedí­a que se enganchara en la tela del bolsillo o en su funda justo en el momento en que más se necesitaba.

Esta seguridad y rapidez iba en detrimento de la precisión, ya que sólo se podí­a disparar a modo de simple acción, por lo que la única manera de hacer blanco era disparar a corta distancia del objetivo.

Estaba destinado al uso de defensa personal; prueba de ello es la simpleza de que hacen gala sus elementos de punterí­a. Además, la mayorí­a estaban dotados de un seguro de empuñadura que por su poca fiabilidad nunca fue del agrado de los militares.

En 1883, la Smith & Wesson sacó su primer Hammerless en calibre 38 con la denominación de Modelo Nº 17. En Mayo de 1884 sale el modelo Nº 19 en calibre 32 y en Junio de 1886 el Nº 3 Hammerless en calibre 38 con diferencias de formas con los anteriores.

Posteriormente se realizaron modificaciones a todas estas armas con la simple denominación de Modelos Piloto cambiando la banda superior del cañón, poniéndoles distintos guardamontes etc.; esto hace que anden por el mundo muchas piezas de difí­cil catalogación para los coleccionistas.

En Norteamérica, Iver Jonsson y Harrington & Richardson compraron la patente y también los fabricaron. Se calcula que la firma Smith & Wesson comercializó sólo en esos treinta años más de 1.500.000 ejemplares.

Este modelo estaba incluido en el catálogo de la tienda de armas Casariego de Madrid, y su precio a principios de siglo era de 125 pesetas.
Datos técnicos
SMITH & WESSON
1890 - 1910
Simple acción
97 mm.
Nácar
Estriada
Horace Smith nació el 28 de octubre de 1808 en Cheshire (Massachussets). Hijo de carpintero, al poco de nacer su familia se trasladó a la localidad de Springfield. Allí, su padre se empleó en una fábrica armera y a los 15 años, Horace entró también a trabajar como aprendiz en la sección de forja del Arsenal de Springfield, una fábrica estatal donde se especializó en la fabricación de bayonetas. Con el tiempo demostró su capacidad inventiva y hacia 1843, convertido ya en un experto armero, se transada al estado de Connecticut, donde es contratado por la afamada firma Allen & Thurber, que entonces estaba especializada en la fabricación de avisperos, familiarizándose allí con las armas de repetición.

Daniel Baird Wesson nació un 18 de mayo de 1825 en Worcester (Massachussets) en el seno de una familia de agricultores. Su hermano Edwin se estableció como armero en la ciudad de Grafton, donde logró cierto renombre por la calidad de sus armas. Pronto Daniel se contagió del entusiasmo por las armas de su hermano y se puso a trabajar con él. En 1846, recibieron un pedido de 100 revólveres y rifles destinados a pertrechar a una expedición a California. Como no tenían la infraestructura suficiente para afrontar este proyecto en el tiempo establecido, se pusieron en contacto con la Allen & Thurber para subcontratar el pedido. Los beneficios de esta operación sirvieron para sanear las arcas de la fábrica de Edwin, pero al poco tiempo este falleció repentinamente, pasando a ser propiedad de Daniel, pero los pedidos cesaron y la empresa comenzó a pasar por dificultades financieras.

Fue entonces cuando se asocia con Horace Smith, al que había conocido en la fábrica Allen & Thurber, y fundaron la compañía Smith & Wesson que ha llegado a ser una de las principales empresas armeras de la Historia. Al principio se dedicaron exclusivamente a comercializar armas de calidad fabricadas por otros armeros, pero pronto comenzarían a diseñar las suyas propias.

En 1846, un ingenioso ciudadano neoyorquino llamado Walter Hunt, que ya había inventado, entre otras muchas cosas, el imperdible y la pluma estilográfica, ideó y patentó una munición autopropulsada consistente en una bala hueca que lleva alojada en su interior su carga propulsora, así como la pistola encargada de dispararla. Esta patente llegó a manos de Horace Smith quien se la compró a su inventor, mejorando el arma y patentándola de nuevo en 1851. Se trataba de la pistola Volcanic, un arma de repetición manual por palanca que contaba con un depósito tubular bajo el cañón.

El 20 de junio de 1854, con esta patente en la mano convenció a su amigo Daniel Wesson para abrir un pequeño taller en Norwich (Connecticut), dedicado a la fabricación y comercialización de esta pistola.

El invento no obtuvo éxito, ya que la bala autopropulsada sólo conseguía una velocidad inicial de 150 m/s y, con sólo un año en el mercado, decidieron vender la patente por 25.000 dólares a la firma Volcanic Repeating Pistol. De este arma sólo se llegaron a fabricar unas 3.000 unidades entre 1855 y 1857, fecha en que cesó su producción. Se da la curiosa circunstancia de que uno de los socios de esta firma era Oliver Winchester que haría de esta pistola el embrión de los famosos rifles Winchester.

Con el dinero obtenido de la venta, en 1856 erigen otra factoría más grande en Springfield, lugar donde quedaría ubicada definitivamente hasta nuestros días.

El 2 de abril de 1855, el armero Rolling White patentó con los números 12.648 y 12.649 un revólver de retrocarga, es decir, llevaba un tambor con las recámaras abiertas de delante a atrás, con lo que se ganaba en tiempo de recarga y permitía la utilización de cartuchos metálicos de fuego anular. Con los documentos en la mano, visitó a Samuel Colt a quien le ofreció su invento, siendo desdeñado por este (de lo cual se arrepentiría toda su vida). Enterado de que Smith & Wesson estaban trabajando en un proyecto similar, contactó con ellos y estos se hicieron con todos los derechos de su invento convirtiéndose así en la fábrica más importante de revólveres del mundo, pues les concedía hasta 1869, fecha en que finalizaba la concesión de la patente, el monopolio norteamericano para la fabricación de revólveres de retrocarga. Smith & Wesson terminó de esta manera con el sistema de avancarga.

Para hacerse una idea de la inmensa diferencia que había entre los revólveres fabricados por esta firma y sus competidores, podemos ceñirnos a las crónicas de la época que asignaban, en manos de un tirador experto, 26 segundos para cargar y disparar un Smith & Wesson contra los 60 para efectuar la misma operación con uno de la firma Colt.

Su primer arma de retrocarga vio la luz en 1857; consistía en un pequeño revólver de bolsillo de calibre 22 Corto que denominaron Nº 1. En 1869, habiendo fabricado exclusivamente armas para uso civil, deciden diseñar una para el ejército, apareciendo en 1869 un enorme revólver del calibre .44 denominado Modelo Nº 3.

En 1873, es Daniel Wesson quien se queda a cargo de la fábrica, pues Horace Smith decide abandonar la sociedad para dedicarse al estudio de la astronomía y a la ayuda altruista a personas y comunidades religiosas, falleciendo el 14 de enero de 1893 en Springfield. Diez años después, en 1883, Daniel Wesson cede las acciones de la fábrica a sus hijos, aunque nunca perdió contacto con la fábrica. Falleciendo también en Springfield el 4 de agosto de 1906.

En 1886, la Smith & Wesson introdujo el revólver de armazón fijo y tambor oscilante lateral. Desde entonces y hasta hoy (a pesar de haber pasado más de un siglo desde su invención), por su fortaleza contrastada, todas las fábricas del mundo han adoptado para si este diseño.

En todo el mundo se copiaron los revólveres Smith & Wesson, especialmente en Bélgica y España, con diferentes calidades de fabricación.

En 1954, la Smith & Wesson sacó al mercado su primera pistola semiautomática, denominándola Modelo 59.

En la actualidad un bisnieto de Daniel Baird Wesson regenta la fábrica realizando diseños muy innovadores, algunos de ellos presentados en bellos estuches en los que se adjuntan hasta siete cañones intercambiables con juegos de miras y disparadores de cambio rápido. Aunque creo que no es necesario mencionarlo, añadiré que dichos estuches sólo están al alcance de muy pocos bolsillos.

Un revólver de esta marca, el Mod. 52 del calibre 38 Especial, cuenta en su haber con el récord mundial de Tiro Olímpico en la modalidad de Grueso Calibre, logrado por el norteamericano T. D. Smith con 597 puntos sobre 600, y que está imbatido desde 1963.