J.M. Firearms Collection

REVÓLVER GALAND ESPAÑOL Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Charles Francois GALAND
Lieja (Bélgica)
1870 - 1874
138 mm.
225 mm.
Nogal
12 estrías

En Lieja, (Belgica), en la Rue Vivegnis Nº 296 tenía su taller el diseñador de armas Charles François Galand (1832-1900) quien, junto al británico A. Sommerville, diseñó un revólver revolucionario digno de entrar en la historia de las armas.

Fue patentado en Inglaterra con el número 3039 el 5 de octubre de 1868. Se trataba de un revólver de fuego central, armazón abierto, doble acción y expulsión automática de vainas. Los primeros modelos fueron fabricados en Birmingham (Gran Bretaña) por la firma Braendlin, de la que era socio Sommerville. Estos todavía no portaban la palanca-guardamontes que accionaba la extracción de los cartuchos y que tanto los caracterizaría a partir de 1870.

Tras la muerte de su socio, Galand se estableció también en París donde perfeccionó el revólver y lo vuelve a patentar en Francia con fechas 28 de febrero, 24 de junio y 24 de setiembre de 1872, pasando a denominarse definitivamente Revólver Galand.

Lo que más lo caracteriza es su sistema de extracción. Esta operación requiere el desplazamiento de una palanca-guardamontes que empuja hacia delante el cañón y el tambor. En su recorrido llega un momento en el que, debido a un tope situado en el eje, el disco del extractor se separa del tambor hasta que las vainas quedan fuera de sus recámaras, cayendo las que han sido percutidas pero no así los cartuchos sin disparar, ya que el proyectil de estos todavía queda dentro de la recámara.

El éxito de sus revólveres, destinados principalmente al mercado militar, no fue el deseado pues se le consideraba delicado para soportar su calibre .44. Aun así, fue declarado reglamentario por la Armada Imperial Rusa que lo adoptó el 12 de Marzo de 1871, denominándolo Revólver Galand Modelo 1870, comprándole una cantidad considerable de ellos, y fabricándolos más tarde en su arsenal de Tula mientras no recibía el pedido de los Smith & Wesson modelo Russian encargados a esta firma. Pero antes, en 1870, al igual que habían hecho con los americanos, previo a firmar el contrato, los rusos exigieron cambios en su diseño: la palanca que accionaba la extracción de los cartuchos debería prolongarse haciendo también la función de guardamontes y, como no, se le añadió a esta el espolón tan de su gusto.

Participó en manos francesas en la guerra franco-prusiana (1870-1871) y también fue utilizado por los oficiales de las compañías de caballería portuguesas y por las policías municipales de Lisboa y Oporto.

LOS GALAND ESPAÑOLES

Primero hay que aclarar que no es correcto referirnos a ellos como Galand españoles, ya que la totalidad de los revólveres que reciben este apelativo fueron fabricados en la localidad belga de Lieja, siendo importados por industriales y armeros vascos que solo ejercían el acabado; de ahí que la totalidad de los pocos ejemplares que existen luzcan en la mayoría de los casos un acabado fino y de lujo en forma de burilados, damasquinados o acabados de pavón brillante al azul cobalto, como es el caso del de esta colección.

No hay constancia de que aquí se hubiera fabricado algún ejemplar. En ello seguro tenían que ver sus características, pues su método de extracción, muy complejo de elaborar de manera artesanal, lo hubiera encarecido enormemente. En Bélgica, en cambio, Galand tenía montada en su fábrica una gran cadena de producción para abarcar los pedidos que le había realizado la armada rusa. Al no ser su fabricación artesanal, su manufactura resultaba mucho más económica.

Galand no había patentado su revólver en España debido a que nuestras fuerzas armadas casi siempre se habían inclinado por la industria nacional a la hora de reglamentar las armas cortas de sus ejércitos. Pero otra cosa era el mercado civil y para hallar un hueco en él se puso en contacto con Amado Barthelet.

Amado Barthelet era un industrial de origen belga conocido de Galand que se había establecido en España en las localidades de Durango y Eibar, siendo su principal dedicación la importación de armas. Pronto ambos llegaron a un acuerdo: Galand fabricaría los revólveres y se los vendería en crudo y sin firmar a Barthelet quien gestionaría en exclusiva el acabado y las ventas, lográndose así que el revólver tuviera un precio competitivo. Por un lado al estar sin firmar dichos ejemplares no cotizaban a la Hacienda Pública belga, por lo que Galand se ahorraba los impuestos, y por otro, al realizarse aquí el acabado, el precio a que se los vendía a Barthelet era muy inferior a un Galand firmado y acabado en su fábrica. El acuerdo tuvo lugar el 5 de diciembre de 1869. En él se establecía que su duración sería de 5 años no prorrogables lo que nos dice que todos los Galand mal llamados españoles fueron fabricados entre 1870 y 1874.

Barthelet se desenvolvía bien en los negocios, pero necesitaba de alguien que se encargara de las cuestiones técnicas de los acabados, para ello eligió a hermanos Ernest y Loepold Chastang, armeros franceses que ya habían sido contratados en 1864 por Orbea Hermanos para gestionar los acabados de lujo de sus revólveres Lefaucheux, pues eran especialistas en el pulimentado mecánico y en los tratamientos del pavón llamado “a la francesa”, de un brillante azul cobalto precioso y muy resistente que se suele ver en las armas elaboradas en la fábrica de Versalles. Eran justo lo que necesitaba Barthelet, así que tras ponerse en contacto con ellos llegaron a un acuerdo de colaboración. Sus revólveres se distinguen por portar en el cañón la frase "Privilegiado Eibar” en dos líneas, y por su punzón, consistente en un óvalo en cuyo interior aparece una corona bajo la cual porta las iniciales “BC” correspondientes a Barthelet y Chastang y el número 71, seguramente el año en que fueron fabricados.

El industrial Pedro Zuazubizcar, propietario de la fábrica Euscalduna de Plasencia también solicitó comercializar el revólver Galand, pero ante la airada oposición de Barthelet que se le había adelantado, el privilegio no le fue concedido. Aun así se conoce al menos un ejemplar acabado por esa fábrica.

Releyendo “La Industria Armara Nacional, 1830 -1940” del maestro Juan L. Calvó, documentalista del que fue Museo Militar del Castillo de Montjuïc, dice expresando sorpresa que “no hay dos sin tres”, cuando tras estar convencido de que solo estas dos empresas mencionadas habían trabajado los Galand, encontró otro ejemplar firmado por el grabador Teodoro Ibarzabal en el Museo de Eibar que había sido donado al mismo por sus hijas en 1914 y donde todavía se puede admirar.

En definitiva, aunque terminados en España se trata de revólveres Galand originales fabricados en la localidad belga de Lieja. De ellos Galand aportó la calidad de los materiales y su fabricación, y nuestros artesanos su primorosa terminación, lo que los hace merecedores de ser lucidos en cualquier importante colección.

Jesús Madriñán