HabÃa que comprobar si el cartucho de 8 mm cargado con pólvora sin humo mejoraba en potencia al veterano 11 mm de pólvora negra. Para ello se hicieron pruebas con ambos calibres sobre dos caballos elegidos por sorteo y pertenecientes a un regimiento de artillerÃa.
Se disparó sobre ellos con ambos cartuchos, y una vez muertos, se comprobó que las heridas producidas por la bala de 8 mm del prototipo habÃan penetrado más y con mayor daño que las de 11 mm del Modelo 1873, sobre todo en lo referente a la rotura y astillado de los huesos, siendo este un punto decisivo a la hora de decantarse por una u otra munición.
Es difÃcil reunir en una misma arma, belleza, precisión y calidad, como ocurre con este revólver. Su manufactura es de primera. La precisión y ajuste de piezas, realizado manualmente, siguiendo la vieja tradición de la fábrica Manufacture d´Armes et Cycles de Saint-Ettiene, consiguieron una gran suavidad de mecanismos y accionamiento.
Lo único que se le puede achacar es su calibre de 8 mm (similar al 7,65 mm Browning), pues no es el más adecuado para un arma de guerra. A pesar de ello, fue uno de los mejores revólveres militares de su tiempo.
Aun asÃ, debieron transcurrir 15 años tras su reglamentación para que las primeras unidades fueran entregadas. De este modo, en 1907 fueron los oficiales, los sargentos mayores y la tropa de caballerÃa los primeros en portarlo.
Otra de sus peculiaridades es que se puede acceder a los mecanismos interiores con sólo abrir la carcasa del lado izquierdo, la cual va fijada por un tornillo, lo que facilitaba su mantenimiento o reparación.
La mayorÃa de estos revólveres fueron fabricados por la fábrica francesa Manufacture d´Armes et Cycles de Saint-Ettiene. Según un catálogo que tengo de esta firma, el coste de la unidad, justo antes de comenzar la Primera Guerra Mundial, era de 45 Francos.
Fabricado entre 1892 y 1924, la letra que antecede al número de serie nos dirá su antigüedad de manera más exacta. Así la “F” identifica los producidos entre 1892 y 1897, la “G” entre 1898 y 1902, la “H” entre 1903 y 1915, la “I” entre 1916 y 1919 (durante la Primera Guerra Mundial) y, por último, la “L” los fabricados entre 1920 y 1924.
Se llegaron a producir entre 300.000 y 385.000 ejemplares del “Revolveur Modele d'Ordonnance 1892”; un arma que, inevitablemente, estará siempre unida a la Historia de siglo XX francés.