J.M. Firearms Collection

ADAMS SISTEMA TRANTER Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Drenotte
Lieja (Bélgica)
1855 (aproximadamente)
Percusión
1050 gr.
Nogal
Estriada
Robert Adams nació en 1809. Su vocación de armero ya le venía de cuna, pues era hijo de herrero y no era raro ver a su padre reparando alguna pieza rota o defectuosa de algún arma. Su aprendizaje como armero lo realizaría en las fábricas de Birmimgham, en donde trabajó durante varios años. En 1850, entró como encargado de la firma George & John Deane, dedicada a la ferretería en general, y que además contaba con una sección de armas deportivas. Fue entonces cuando tuvo ocasión de probar su buena preparación, patentando varias mejoras en escopetas y rifles que esta misma firma fabricaba. Pero lo que mas impresionó a los Deane fue un nuevo revólver creado por él mismo que posteriormente denominaría ADAMS Modelo 1851.

Adams patentó su revólver en febrero de 1851, y en junio de aquel mismo año, ya había formado sociedad con sus patrones, constituyendo la Deane, Adams & Deane Co., dedicada exclusivamente a la fabricación de este modelo. Ese mismo año, fue tan grande la demanda tras la acertada presentación en sociedad, durante la Exposición Universal de Londres, que superaba con creces la capacidad de producción industrial de la recién creada sociedad.

En esta gran exposición, el Adams se encontró con un importante competidor, el revólver Colt Modelo Navy. Samuel Colt había decidido recientemente instalar una fábrica en Londres para poder atender con mayor premura y eficacia a sus clientes europeos. La mayor diferencia existente entre estos dos extraordinarios revólveres era su velocidad de carga, pues si para cargar el Adams se necesitaban sólo 38 segundos, el Colt requería al menos de 58. Además, el sistema de doble acción del Adams y su calibre superior aventajaban al Colt en velocidad y potencia de fuego. A favor del Colt estaba su sistema de simple acción que lo hacía más preciso.

Gran parte de los oficiales británicos optaron por el Adams, pues además de ser un arma británica, consideraban que el Colt, con su calibre de 36 pulgadas, no tenía el suficiente poder de parada, problema que no tenía el Adams con su enorme calibre 50.

Tenían muy en cuenta algunos casos habidos en las colonias en los que pasaron verdaderos apuros para abatir a indígenas armados con afilados machetes, conjurados y en evidente estado de excitación provocado por las drogas, siendo preciso impactarle todo el contenido del tambor antes de tumbarlos. Para ellos morir luchando era un pasaporte hacia el paraíso, sobre todo si iban acompañados de alguna cabeza de su enemigo.

Uno de los mayores inconvenientes de los Adams residía en carecer de baqueta de carga; los oficiales de caballería se quejaban, pues debido a las sacudidas del caballo, a menudo se desprendía la bala que, al carecer de baqueta, estaba solamente atacada por la presión del dedo anular, y de esta manera dejaban al militar equipado con un arma descargada. Por este motivo, Robert Adams patentó en 1856 una eficaz palanca de carga que puso término al problema.

Para solventar el defecto de falta de precisión del Adams debido al sistema de doble acción, el armero William Tranter, de Birmingham, adquirió la concesión de la patente del modelo 1851 en el año 1853, iniciando su fabricación con un ingenioso mecanismo que permitía dispararlo en simple o doble acción, dotándolo para ello de doble gatillo, como es el caso del de esta colección.

Algunos fabricantes de otros países, como Estados Unidos y Bélgica, adquirieron los derechos para poder fabricarlos, gozando de gran aceptación en los Estados Unidos durante la Guerra de Secesión.

En España los primeros revólveres Adams Deane se comenzaron a fabricar en la factoría de Trubia en 1856 bajo la responsabilidad del ingeniero José Ramón Larrosa y, a pesar de que no se había solicitado los derechos de patente, fueron declarados reglamentarios para la oficialidad de los Batallones de Cazadores de Infantería de 1857 a 1859 en que fue sustituido por el nuevo revólver Lefaucheux Modelo 1858.

En Inglaterra, la fabricación de este modelo cesó en 1867. En 1858, Adams decidió establecerse por su cuenta y abrir una armería en Londres, pero el negocio no funcionó, viéndose obligado a cerrar y dando por finalizando toda su actividad armera. Robert Adams falleció en 1870, tres años después de haber cesado la producción de un arma que gozará siempre un hueco en la historia de la armería.

Como cualquier arma de calidad de entonces, fue muy copiada. Así lo demuestra la pieza de esta colección que fue fabricada en Lieja sin aparentemente permiso alguno.

La carga del arma se podía hacer de dos maneras: la tradicional, debiendo medir la pólvora, introducir esta en cada una de las recámaras así como el calepino, la bala lubricada y una vez hecho todo esto, atacar la carga con la baqueta y finalmente poner el pistón, y una más moderna donde se utilizaban cartuchos. Un proceso mucho más rápido que el tradicional.

Estos no eran tal como los entendemos ahora. Fueron diseñados para facilitar la carga de los revólveres y rifles de avancarga. Consisten en un simple cucurucho de papel que contiene la pólvora y está cerrado por un extremo con la bala. La carga del arma se limita a introducir el cartucho en la recámara y el pistón en la chimenea. Se puede ver uno de estos cartuchos en la sección de Fotos Históricas.

El papel era necesariamente fino para dejar pasar la llama del pistón, pero tenía el problema de que era frágil y absorbía la humedad. La solución a este problema fue patentada por William Mont Storm. Consistía en crear la vaina combustible con un trozo de intestino de animal. Exactamente igual que un chorizo. El sistema, por sorprendente que parezca, daba muy buen resultado, pues la tripa es más y fuerte que el papel.

Su utilización cubren un agitado período de la historia: los ingleses los utilizaron en la guerra de Crimea y en los motines de la India, los norteamericanos en la guerra de Secesión y los españoles en la Campaña de África de 1860.