Elegante pistola fabricada a mediados del siglo XIX en la ciudad belga de Lieja con destino a los oficiales de marina brasileños que la consideraban su favorita por los largos cañones con que iban dotadas.
Consta de dos cañones superpuestos con la baqueta situada lateralmente entre ellos. Lleva punzonado en su solapa la palabra "troxados" que indica en portugués la manera en que fueron construidos.
Este sistema consistía en colocar en forma alternativa tiras de alambre de hierro dulce y de acero de sección cuadrangular formando haces que luego se forjaban de forma conjunta.
Después de una serie de operaciones (fórmulas secretas que daban la fama a los maestros armeros) más o menos complicadas, daban como resultado el bonito dibujo formado en los cañones por las vetas del hierro y del acero.
En España este sistema se denomina "de herraduras" porque los armeros vascos utilizaban herraduras usadas para conseguir un hierro de primera calidad. El secreto se debía al continuo roce que habían soportado al rozar contra las piedras de los caminos, convirtiéndose en un espléndido hierro dulce ideal para la fabricación de cañones.
En las platinas laterales de la pistola figura el nombre y domicilio del importador, "Henrique Laport y Cia., Rio de Janeiro".
Este personaje y su compañía fueron los principales importadores de armas desde Bélgica a Sudamérica -destacando Argentina y Brasil- durante buena parte de finales del s. XIX, habiendo en esta colección otras armas importadas a estos países por esta firma.
Normalmente suelen ser armas de buena calidad que se compraban a los armeros belgas "en bruto", y se decoraban una vez en Sudamérica, pues la mano de obra y los materiales resultaban mucho más económicos allí.
Las empuñaduras eran de maderas de primera calidad, abundantes en esos países, destacando la caoba y el palo santo. Las piezas metálicas se damasquinaban con metales nobles como oro y plata, con lo que resultaban armas de gran riqueza y elegancia que muchas veces eran reenviadas otra vez al mercado europeo. La cantonera de este arma, así como su guardamontes, están realizados en plata maciza.
El largo de sus cañones es característico de muchas de las armas destinadas antiguamente al cuerpo de Marina, ya que estaban pensadas para disparar a las largas distancias que normalmente había entre los barcos en conflicto.
Esta pistola no está firmada, única manera de escapar del fisco, y su única identificación son los punzones del Banco de Pruebas de Armas de Fuego de Lieja.
La nota de ingenio en su fabricación se debe a que sólo posee un gatillo para los dos cañones. Es decir, para efectuar los disparos bastaba con presionar una vez tras otra el mismo gatillo, disparándose primero el situado en la parte superior. Esta es otra prueba de la imaginación de los armeros de Lieja. Esta característica se sigue utilizando hoy en día en las actuales armas de caza de dos cañones.