J.M. Firearms Collection

LUGER P.08 Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Deutsche Waffen und Munitionsfabrik
Alemania
1908 - 1942
Semiautomático.
102 mm.
875 Gr.
Madera
4 Estrí­as.
En 1901, el Ministerio de Guerra alemán decidió reemplazar su ya caduco revólver reglamentario, el Reichrevolver Mod. 1879, por una pistola semiautomática, convocando un concurso al cual se presentaron distintas firmas. A su término quedaron como finalistas la pistola Luger presentada por la fábrica DWM, y la C.96 presentada por Mauser. No fue hasta 1904 cuando se adjudicó el concurso a la pistola de George Lueger, pero no fue el ejército alemán el primero en declararla reglamentaria, este honor le corresponde el ejército suizo, que reconoció antes que nadie sus virtudes y la declaró reglamentaria para los oficiales de su Estado Mayor el 4 de Mayo de 1900 en calibre 7,65 mm Parabellum.

En Agosto de 1904 la marina alemana, anticipándose al ejército, fue la primera en adoptarla. Se la denominó Modelo 1904 y tenía un cañón de 150 mm y miras ajustables a 100 y 200 metros. Su construcción finalizó con la Primera Guerra Mundial.

Entre 1904 y 1918, la DWM de Berlín fabricó 32.000 unidades de la Luger de Marina Mod. 1904.

Siguiendo el criterio de la Marina, en febrero de 1908 el ejército propuso también su adopción. Así, el 22 de agosto de 1908 el emperador Guillermo II firmó oficialmente la orden que declaraba reglamentaria para el Ejército de Tierra la “Pistole Parabellum 08”, más conocida como P.08, encargándole su producción a las fábricas Erfurt y DWM que en 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, aceleraron su fabricación (sin mermar por ello su calidad), hasta niveles insospechados. Así, a mediados de 1915 eran capaces de producir 700 Luger al día, manteniendo este nivel hasta el final de la guerra.

Entre 1911 y 1918, 1.265.000 unidades de la P.08 fueron producidas.

Vistas las necesidades de soldados que necesitaban un arma potente, como era el caso de los destinados al arma de artillería, En julio de 1913 el emperador Guillermo II firmó oficialmente la adopción del arma que fue denominada Lange Pistole 08. Se trataba de una Luger con un cañón de 200 mm y miras graduadas de 100 a 800 m.

Entre 1911 y 1918 se fabricaron 190.000 unidades de este Modelo.

[B]La Luger de Entreguerras[/B]

El Tratado de Versalles, firmado el 28 de Julio de 1919, daba por finalizadas las hostilidades y limitaba a que el ejército alemán estuviera compuesto por tan sólo 100.000 hombres; a éste ejército de circunstancias se le denominó Reichswehr. Dicho tratado también impuso severas restricciones en lo referente a las armas cortas, pues prohibió las que tuvieran un cañón con una longitud mayor a 100 mm. (4 pulgadas), y las de calibre superior a 8 mm con excepción de las destinadas a el Reichswehr.

El 7 de agosto de 1920, el Reichstag editó la conocida como "Ley para el desarme de la población", que obligaba a todos los alemanes, tanto civiles como militares, a devolver las armas obtenidas en el campo de batalla.

Con objeto de vigilar que las normas del Tratado de Versalles se llevaran a cavo, los aliados crearon la comisión denominada Inspektion der Infanterie Nr. 657. T 20 J2s (W.2), responsable de vigilar que a las Luger de Marina o de Artillería se les cortara el cañón y ordenando que a estas se le estampara el año “1920” al lado del original, naciendo así la Luger denominada comúnmente “Doble Fecha”.

Entre 1920 y 1924, este comité visitó nada menos que 6.935 veces las fábricas de armas, mandando destruir 4.560.861 unidades de armas cortas.

En Julio de 1923 la DWM fabricó la Luger en calibre 7.65 mm con destino al Reichswehr. En esos días, debido a la enorme inflación económica reinante en Alemania, una Luger venía a costar la impresionante suma de 1.475.000 Marcos.

En 1927 los partidarios de la ideología nazi comenzaron a presionar a las empresas de propiedad judía, como la Simson & Co. que era la que manufacturaba por entonces las Luger. Debido a esta presión, y con la subida de Hitler al poder en 1933, se le arrebató esta concesión y se ordenó el traslado de toda la maquinaria de producción a la empresa Máuser de Oberndolf.

En un principio la fabricación era muy pequeña. Así, en el año 1934 la Máuser manufacturó sólo 11.000 unidades, pero Hitler y sus generales pronto comenzaron con los planes de la invasión de Polonia, lo que a la postre sería el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y se ordenó a las fábricas incrementar su producción. En 1937 la Máuser estaba ya en condiciones de fabricar más de 100.000 unidades anuales.

[B]La Luger en la Segunda Guerra Mundial[/B]

La historia de la producción de la P.08 durante la Segunda Guerra Mundial es muy simple, pues Máuser fue la única que la produjo entre septiembre de 1939 y octubre de 1942, fecha en que oficialmente se puso fin a su fabricación. Esta compañía produjo 465.000 unidades; si sumamos a esa cantidad las que ya habían fabricado antes de 1939, se puede decir con seguridad que la mayoría de las P.08 usadas en la Segunda Guerra Mundial fueron fabricadas por Máuser.

A partir de 1940, para no dar pistas a los aliados sobre las fábricas de armas que permanecían operativas, el ejército alemán decidió no firmar sus armas con el nombre de los talleres, cambiando éste por códigos evitando así seguros bombardeos. La Máuser tuvo tres códigos diferentes:

S/42: las fabricadas entre 1934 y 1940.
42: las fabricadas entre 1939 y 1941.
byf: las hechas en 1941 y 1942.

El motivo del cese de su producción fue debido a que en 1938, el Alto Mando la reemplazó por la pistola Walther P.38, pero en la práctica esta sustitución no se llevaría a cabo hasta 1942.

Ese año fue decisivo para el cambio; sobre todo por que en plena campaña de Rusia, se recibían constantes quejas del frente haciendo alusión a la imposibilidad de disparar la Luger con guantes debido al pequeño diámetro de sus guardamontes. Hacerlo sin ellos, tocando el congelado metal del gatillo con el dedo, era consecuencia casi directa de congelación del miembro.

El motivo por el cual se cambió la Luger por la P.38 es el económico, pues la Luger precisaba de un acabado artesanal que, además de dilatar mucho su tiempo de elaboración, encarecía considerablemente los costes, mientras que la fabricación de la Walther era completamente mecanizada. La realidad es que la P.38 era un arma técnicamente más avanzada. Además, la Luger era una pistola caprichosa. Cualquier factor ambiental o mecánico le afectaba, interrumpiendo así su operatividad y dejando al portador compuesto y sin novia. Por el contrario la Walther, además de tener la ventaja de ser semiautomática, también era mucho más resistente a los agentes exógenos.

[B]Conclusión[/B]

Esta mítica pistola ha sido designada a lo largo de la Historia de varias formas diferentes: los alemanes le dieron el nombre de P.08 por haber sido declarada reglamentaria en 1908. Al mismo tiempo, al haberle sido designado específicamente el cartucho Parabellum -en latín, para la guerra- se la conoció en algunos países simplemente como pistola Parabellum, como fue el caso de España. En los Estados Unidos, en donde se llegaron a fabricar algunos ejemplares del calibre .45, recibe el nombre con el que actualmente más se la conoce, pistola Luger.

Es tanto lo que se escribió sobre ella que harían falta varios libros para recopilar todos los datos y transformaciones que se le hicieron. Como ejemplo baste decir que desde 1900 hasta 1942 utilizó once largos distintos de cañón, cuatro calibres y se suministró con o sin seguro de empuñadura. Muchos países la adoptaron como reglamentaria; entre otros Brasil, Suiza, Alemania, Portugal, Bulgaria, Holanda, Chile, China, Irán, Luxemburgo, Méjico, Noruega, Hungría y Turquía.

[B]ACCESORIOS

Los Cargadores[/B]

Los cargadores de la P.08 lo formaban nada menos que siete piezas. En los primeros el cuerpo estaba hecho de metal niquelado como protección a la corrosión, y el botón de la base era de madera.

A partir de 1926 se introdujeron los de aluminio, con el botón inferior también de este material. Desde 1936 se cambió el niquelado por un leve pavonado.

Desde 1935 se cambió el muelle espiral circular por otro nuevo de forma oval que seguía el contorno del cuerpo del cargador.

En 1939 el botón inferior de aluminio fue sustituido por otro de fibra sintética para abaratar costes.

[B]El Culatín[/B]

Tanto marinos como artilleros y pilotos de aviación se encontraban con frecuencia con una peculiaridad que raras veces se daba en el arma de infantería: disparar a largas distancias. La P.08 con su cañón de 4 pulgadas tenía un alcance efectivo de 25 metros, a todas vistas insuficiente para acometer las necesidades de los cuerpos mencionados, mientras que el cañón de 6 pulgadas de la Luger Marina y el de 8 de la de Artillería permitían disparar más lejos y con mayor precisión. Para acentuarla, se diseñó un Culatín de madera en forma de tabla que se engarzaban en la parte posterior de la culata, convirtiendo así a la pistola en una pequeña carabina.

Son muy simples y carecen de cualquier marca de fabricante, sólo llevan en la parte superior del engarce las cifras del número de serie de la pistola de dotación. Quizás esta sea la causa del porqué se ha escrito muy poco sobre ellos. Había dos clases de Culatín que se diferenciaban principalmente por sus dimensiones, no siendo raro encontrar fotos de una Artillería con el Culatín de una Luger Naval o viceversa, estas son sus medidas:

Culatín para Luger de Artillería: Longitud 36,195 cm. (14,25 pulgadas).
Culatín para Luger de Marina: Longitud 31,11 cm. (12,75 pulgadas).

La P.08, aunque se entregaba sin Culatín, también lleva el engarce por mera economía, ya que la pieza de la culata era igual para los tres modelos.

[B]El Cargador tipo Sartén[/B]

La Luger de Artillería pronto se manifestó muy útil para armar a las tropas de asalto en la Guerra de Trincheras. La única limitación que tenía era la escasa capacidad de su cargador.

En 1915 y 1916 Friedribh Blum, un austriaco que vivía en Budapest, patentó varios diseños de cargadores del tipo sartén para aumentar la potencia de fuego de rifles y pistolas. Era capaz de contener 32 cartuchos y se desconoce cuándo y cómo los militares alemanes se enteraron de su invención, pero pronto supieron apreciar su potencial. En octubre de 1916 el departamento de Guerra Prusiana anunció que las tropas de asalto estarían equipadas con la Luger de Artillería con culatines y cargadores de sartén, pero su elevado coste y el final de la guerra hicieron que fueran muy pocas las unidades fabricadas, por lo que hoy es un elemento muy apreciado por los coleccionistas, llegándose a pagar por ellos más que por la propia pistola para la que había sido concebido.

Fueron tres sus fabricantes: Gebrüder Bing A.G. de Nurenberg, AEG de Berlín y la Vereinigten Automaten-Fabriken Pelzer & Co de Colonia. Aconsejo leer un apartado en la sección Pistolas que he dedicado por su rareza exclusivamente a esta pieza.

[B]La Cartuchera[/B]

El diseño básico de la P.08 estaba pensado para que resistiera la vida útil de la pistola. El modelo elemental fue establecido en 1909, tiene una parte superior que se ajusta a la inferior por medio de una hebilla. En su interior hay un pequeño bolsillo para un utensilio que sirve para desmontar el arma y también para facilitar la tarea de introducir los cartuchos en el cargador.

En su lateral delantero lleva otro bolsillo para un cargador extra y en la parte posterior dos tiras por las que se introduce el cinturón. Dentro de la cartuchera hay una tira de cuero cuyo extremo sale por la parte frontal y que sirve para extraer el arma más fácilmente.

Al principio esta cartuchera estaba elaborada con grueso cuero de cerdo, y su color era marrón. A partir de 1915 y hasta el final de su producción en 1942, se hicieron con cuero negro de vacuno.

En 1920 se le introdujo un compartimento para una baqueta de limpieza.

Desde 1941 los cargadores y las cartucheras fueron marcados con las iniciales del arma a que estaban destinadas; así los de las Luger están marcadas P.08 en la parte posterior.

[B]Las Cachas[/B]

Se fabricaron siempre en madera, e iban numeradas como el resto de la pistola. A partir de 1935 algunas Luger fueron dotadas de cachas sintéticas, cómo las usadas por las Walther PP y PPK.

Esta mítica pistola despierta tal interés que, en la década de 1970, la Mauser Waffenfabrik se vio obligada a fabricar de nuevo los modelos más representativos. Sus precios eran prohibitivos, sólo al alcance de pocos coleccionistas, tiradores y nostálgicos de las armas bellas. Ni que decir tiene que su mejor cliente fueron los Estados Unidos.

La Luger es hoy en día la pistola más ansiada por los coleccionistas y los amantes de las armas, ya no sólo por su belleza, que también, si no por esa aureola de historia que la acompaña al haber sido testigo directo de las dos confrontaciones más crueles del siglo XX.

La pistola de esta colección fue fabricada por la DWM, iniciales de la Deutsche Waffen und Munitionsfabrik (Fábrica de Armas y Municiones Alemana), y está fechada en 1915, justo durante la Primera Guerra Mundial.

Perteneció al que fuera Presidente de la Xunta de Galicia, Don Manuel Fraga Iribarne que, al ser nombrado senador e irse a vivir a Madrid, decidió muy gentilmente regalármela.

Su historia es muy curiosa: Allá por la década de 1940, fue invitado por el que a la postre sería su futuro suegro a una cacería en una finca de su propiedad, sita en los Montes de Toledo. Él aceptó muy gustoso, pues así tendría la oportunidad de ver a su prometida.

Después de la cacería, el futuro suegro estuvo sondeando al pretendiente para ver de que madera estaba hecho aquel mozo. En un descanso, le invitó a tirar con pistola, deporte al que era muy aficionado. Aquel joven destacaba en muchas facetas, pero el tiro con arma corta no era precisamente una de ellas.

Se colocó una diana y el propietario, extrayendo una Luger que había traído de Francia donde había cumplido como observador del Gobierno Español durante la Primera Guerra Mundial, disparó primero logrando buenas puntuaciones; luego animó a su invitado a que hiciera lo mismo, y este, más que nada por el deseo de agradar, tomó el arma, apuntó y disparo, haciendo para su sorpresa un magnífico 10, tras lo cual, no sin ciertos aires de falsa suficiencia, pues nunca hubiera soñado hacer ese pleno, le devolvió la Luger a su propietario. En definitiva, fue un golpe de suerte.

Al anochecer, discretamente anunció su despedida a la familia y a su novia, pues aun tenía que volver a Madrid (por entonces estaba mal visto que el pretendiente durmiera en la misma casa que su prometida), y justo cuando se marchaba, oyó la voz de su suegro que le llamaba. Raudo fue hasta él y su sorpresa fue mayúscula cuando, ofreciéndole la Luger en su funda, le dijo: “le tengo mucho cariño a este arma y, después de verle disparar, no conozco a nadie que le pueda sacar el partido que se merece, así que es mi deseo que la acepte”. El novio protestó, pero ante la insistencia de su anfitrión, no tuvo más remedio que aceptarla en medio de exageradas muestras de agradecimiento.
[B]null[/B]

Jesús Madriñán
Datos técnicos
Deutsche Waffen und Munitionsfabrik
Alemania
1908 - 1942
Semiautomático.
102 mm.
875 Gr.
Madera
4 Estrí­as.
George Lueger, hijo de un dentista, nació en 1849 en la localidad austriaca de Steinach. A los 16 años ingresó en el ejército Austro-Húngaro como cadete retirándose en 1872 con el grado de teniente. Esos años de milicia fueron decisivos para convertir a ese joven en uno de los principales personajes de la Historia de la investigación armamentística.

En 1873 se puso a trabajar como ingeniero de ferrocarriles, y en 1875 conoció y entabló amistad con Ferdinand Ritter Mannlincher, colaborando ambos en el estudio y creación del cargador de un rifle. Este trabajo despertó en Lueger la afición por el diseño de armas. A pesar de ello, se vio en la necesidad de seguir ganándose la vida como ingeniero de ferrocarriles, lo cual no le impidió dedicar parte de su tiempo a la investigación de los automatismos de las armas.

En 1891 abandona Austria y es reclamado para trabajar en la fábrica Ludwig Loewe de Berlín, ostentado al poco tiempo el título de asesor de diseño. A partir de 1893, dentro de esta misma firma, comienza a colaborar con Hugo Borchardt en la mejora de la pistola semiautomática diseñada por este, pero las relaciones entre ambos nunca fueron cordiales pues Borchardt no aceptaba de buen grado que un extranjero metiera las narices en su proyecto.

La diferencia entre Borchardt y Lueger era que el primero, una vez había culminado un proyecto, lo dejaba de lado para emprender otro, mientras que Lueger, poseedor de un espíritu más crítico y perfeccionista, continuaba con él en busca de posibles mejoras.

En síntesis esto fue lo que pasó con la pistola Borchardt, si bien su invención debe ser atribuida a Hugo Borchardt, su perfeccionamiento es responsabilidad de Lueger quien, partiendo de ella, desarrolló el arma que le consagraría y le haría merecedor de formar parte importante de la historia armamentística de todos los tiempos: la pistola Luger P.08.

Su historia es la siguiente: en 1897, la Loewe cedió los derechos de construcción de la pistola Borchardt a la DWM de Berlín, iniciales de Deustche Waffen und MunitionsFabrik (fábrica de armas y municiones alemana), la cual encargó al joven ingeniero que modificase todo aquello que considerase necesario para mejorar su fiabilidad, manejabilidad y producción, ya que la pistola original de Borchardt era demasiado voluminosa como arma corta.

Lueger la rediseñó, reduciéndola drásticamente. El resultado fue todo un éxito; no sólo era un portento de tecnicismo, si no que además tenía un diseño bellísimo, lo que la convirtió en la pistola más conocida de la historia de las armas de fuego.

Las primeras patentes de la pistola Lueger-Borchardt se registraron a finales del siglo XIX. En Alemania se patentó con el Nº 109.481 el 30 de septiembre de 1898; el 29 de abril de 1899 se patentó en Inglaterra con el Nº 9040/99, y el 9 de diciembre de 1899 en los Estados Unidos con el Nº 639.414.

El mercado norteamericano la conoció a partir de la Primera Guerra Mundial, pues fueron muchos los combatientes que se la llevaron como trofeo de guerra. Allí fue rebautizada con el nombre de Luger por deformación lingüística, eclipsando también a su original progenitor, Hugo Borchardt.

George Lueger murió en 1922, dejando una enorme huella en la historia de las armas de fuego.