La pistola de esta colección fue fabricada por la DWM, iniciales de la Deutsche Waffen und Munitionsfabrik (Fábrica de Armas y Municiones Alemana), y está fechada en 1917, ya en el ocaso de la Primera Guerra Mundial.
Para surtir a los soldados que necesitaban un arma corta precisa a larga distancia, como era el caso de los destinados al arma de artillería, alrededor de 1907 una comisión del ejército comenzó a experimentar con una Luger de Marina Mod. 1904, la cual tenía un cañón de 150 mm y estaba equipada con unas miras ajustables hasta 600 metros.
El diseño fue completado alrededor de 1912; se trataba de una Luger con un cañón de 200 mm sobre el que descansaba un alza de elevación tangencial con la particularidad de que, a la vez que se elevaba, se desviaba hacia el lado izquierdo para compensar la desviación lateral que, a larga distancia, y por girar la bala a derechas, se producía. Éste alza puede ser ajustada en 9 posiciones, de 100 a 100 metros hasta los 800 m, considerándose posición base la de 50 metros.
Además de por su cañón más largo y por la citada alza, se diferencia de la P.08 “normal” por la falta de alza trasera de estas, y porque en la parte superior de la corredera tiene un pequeño rebaje para acomodar la citada alza tangencial.
En julio de 1913, siguiendo el consejo de la citada comisión, el emperador Guillermo II firmó oficialmente la adopción del arma en cuestión que fue denominada “Lange Pistole 08”.
En febrero de 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el ejército prusiano estimó que necesitaba de unas 209.000 unidades para cubrir sus necesidades. La Artillería Imperial fue la primera en usarla, pero otras unidades, como las famosas Sturmtruppen (Tropas de Asalto) también las utilizaron al igual que la recién creada Luftwaffe en los combates aéreos, siendo portada por los copilotos para disparar contra los pilotos enemigos o sus motores, pero fueron las Sturmtruppen, en el frente de Francia, las que le sacaron mayor partido. La Primera Guerra Mundial se distinguió por la guerra de trincheras. Debido a esta circunstancia fue emergiendo entre los soldados la filosofía del “vive y deja vivir”, prefiriendo permanecer bajo el cobijo de sus trincheras antes que enfrentarse a un sangriento asalto frontal. Ante esta actitud, los oficiales optaron por las infiltraciones tras el territorio enemigo utilizando pequeños grupos fuertemente armados y con un objetivo marcado. En ellas, las Luger de Artillería con sus cargadores de sartén de 32 cartuchos se convirtieron en protagonistas al erigirse en verdaderas “escobas de trinchera”. El cargador de sartén fue la solución para dotarla de más potencia de fuego. Pos sus peculiaridades y por su escasez, aconsejo leer el apartado que sobre él he escrito en Pistolas.
De las 209.000 unidades de esta arma inicialmente solicitadas, sólo se produjeron unas 190.000 pues su construcción finalizó a la par que la Primera Guerra Mundial. De estas 75.000 fueron construidas por la fábrica Erfurt y 115.000 por la DWM.
En el manual reglamentario de la “Lange Pistole 08” se puede leer:
“Tenida en cuenta su alta potencia de fuego (asume que utiliza el cargador de tambor de 32 cartuchos) y fácil manejo cuando se utiliza como una carabina ligera, puede ser usada eficazmente contra blancos del tamaño de una cabeza a una distancia de 600 metros. La precisión a 800 metros es factible si el alza se adapta perfectamente. El proyectil penetra cráneos de caballos y cascos de guerra a 800 metros de distancia”. Muy optimistas estos alemanes…
Tras la derrota en 1918, las cláusulas del Tratado de Versalles de 26 de Junio de 1919 prohibieron a los alemanes la producción y tenencia de armas cortas de calibre superior a 8 mm y de una longitud de cañón de más de 100 mm, por lo que la Luger Artillería, que utilizaba una munición de 9 mm y poseía un cañón de 200 mm estaba doblemente prohibida.
Algunas fueron a parar a los arsenales donde se les acortó el cañón, convirtiéndolas en P.08 “normales” y así recobrar su servicio en las unidades de policía de la República de Weimar, condenando al resto al fin poco glorioso de la destrucción. Sólo se permitió que permanecieran en servicio las destinadas a la Marina de guerra; estas fueron las que se salvaron.
Parece ser que también tuvieron un pequeño papel en el devenir de la Segunda Guerra Mundial. En el libro “The Luger Pistol” de Fred Datig cita unos documentos fechados en Marzo de 1940 en los que la Wehrmacht solicita 8.000 pistolas Luger P.08 de Artillería o, en su defecto, pistolas Mauser C.96 para reemplazar a los fusiles Mauser Kar-98 usados por cuerpos motociclistas adheridos a las unidades antiaéreas de la Luftwaffe.
Así, un documento del 10 de Abril de 1940, firmado por el Teniente General responsable de la intendencia de la Luftwaffe, señala que, de las Luger P.08 de Artillería solicitadas, sólo han recibido 200 unidades, cubriéndose el cupo con 7.800 pistolas Mauser C.96 para las unidades destinadas en tierra.
[B]ACCESORIOS
Los Cargadores[/B]
Los cargadores de la P.08 lo formaban nada menos que siete piezas. En los primeros el cuerpo estaba hecho de metal niquelado como protección a la corrosión, y el botón de la base era de madera.
A partir de 1926 se introdujeron los de aluminio, con el botón inferior también de este material. Desde 1936 se cambió el niquelado por un leve pavonado.
Desde 1935 se cambió el muelle espiral circular por otro nuevo de forma oval que seguía el contorno del cuerpo del cargador.
En 1939 el botón inferior de aluminio fue sustituido por otro de fibra sintética para abaratar costes.
[B]El Culatín[/B]
Tanto marinos como artilleros y pilotos de aviación se encontraban con frecuencia con una peculiaridad que raras veces se daba en el arma de infantería: disparar a largas distancias. La P.08 con su cañón de 4 pulgadas tenía un alcance efectivo de 25 metros, a todas vistas insuficiente para acometer las necesidades de los cuerpos mencionados, mientras que el cañón de 6 pulgadas de la Luger Marina y el de 8 de la de Artillería permitían disparar más lejos y con mayor precisión. Para acentuarla, se diseñó un Culatín de madera en forma de tabla que se engarzaban en la parte posterior de la culata, convirtiendo así a la pistola en una pequeña carabina.
Son muy simples y carecen de cualquier marca de fabricante, sólo llevan en la parte superior del engarce las cifras del número de serie de la pistola de dotación. Quizás esta sea la causa del porqué se ha escrito muy poco sobre ellos. Había dos clases de Culatín que se diferenciaban principalmente por sus dimensiones, no siendo raro encontrar fotos de una Artillería con el Culatín de una Luger Naval o viceversa, estas son sus medidas:
Culatín para Luger de Artillería: Longitud 36,195 cm. (14,25 pulgadas). Culatín para Luger de Marina: Longitud 31,11 cm. (12,75 pulgadas).
La P.08, aunque se entregaba sin Culatín, también lleva el engarce por mera economía, ya que la pieza de la culata era igual para los tres modelos.
[B]El Cargador tipo Sartén[/B]
La Luger de Artillería pronto se manifestó muy útil para armar a las tropas de asalto en la Guerra de Trincheras. La única limitación que tenía era la escasa capacidad de su cargador.
En 1915 y 1916 Friedribh Blum, un austriaco que vivía en Budapest, patentó varios diseños de cargadores del tipo sartén para aumentar la potencia de fuego de rifles y pistolas. Era capaz de contener 32 cartuchos y se desconoce cuándo y cómo los militares alemanes se enteraron de su invención, pero pronto supieron apreciar su potencial. En octubre de 1916 el departamento de Guerra Prusiana anunció que las tropas de asalto estarían equipadas con la Luger de Artillería con culatines y cargadores de sartén, pero su elevado coste y el final de la guerra hicieron que fueran muy pocas las unidades fabricadas, por lo que hoy es un elemento muy apreciado por los coleccionistas, llegándose a pagar por ellos más que por la propia pistola para la que había sido concebido.
Fueron tres sus fabricantes: Gebrüder Bing A.G. de Nurenberg, AEG de Berlín y la Vereinigten Automaten-Fabriken Pelzer & Co de Colonia. Aconsejo leer un apartado en la sección Pistolas que he dedicado por su rareza exclusivamente a esta pieza.
[B]La Cartuchera de la P.08[/B]
El diseño básico de la P.08 estaba pensado para que resistiera la vida útil de la pistola. El modelo elemental fue establecido en 1909, tiene una parte superior que se ajusta a la inferior por medio de una hebilla. En su interior hay un pequeño bolsillo para un utensilio que sirve para desmontar el arma y también para facilitar la tarea de introducir los cartuchos en el cargador.
En su lateral delantero lleva otro bolsillo para un cargador extra y en la parte posterior dos tiras por las que se introduce el cinturón. Dentro de la cartuchera hay una tira de cuero cuyo extremo sale por la parte frontal y que sirve para extraer el arma más fácilmente.
Al principio esta cartuchera estaba elaborada con grueso cuero de cerdo, y su color era marrón. A partir de 1915 y hasta el final de su producción en 1942, se hicieron con cuero negro de vacuno.
En 1920 se le introdujo un compartimento para una baqueta de limpieza.
Desde 1941 los cargadores y las cartucheras fueron marcados con las iniciales del arma a que estaban destinadas; así los de las Luger están marcadas P.08 en la parte posterior.
Las Cachas
Se fabricaron siempre en madera, e iban numeradas como el resto de la pistola. A partir de 1935 algunas Luger fueron dotadas de cachas sintéticas, cómo las usadas por las Walther PP y PPK.
Si se tiene en cuenta que la mayoría de las 190.000 unidades fueron destruidas, se pueden considerar a las que están en manos de coleccionistas como verdaderas rarezas.
Jesús Madriñán
Datos técnicos
DWM
Alemania
1913 - 1918
Semiautomático
200 mm.
1.000 Gr.
4 Estrías.
George Lueger, hijo de un dentista, nació en 1849 en la localidad austriaca de Steinach. A los 16 años ingresó en el ejército Austro-Húngaro como cadete retirándose en 1872 con el grado de teniente. Esos años de milicia fueron decisivos para convertir a ese joven en uno de los principales personajes de la Historia de la investigación armamentística.
En 1873 se puso a trabajar como ingeniero de ferrocarriles, y en 1875 conoció y entabló amistad con Ferdinand Ritter Mannlincher, colaborando ambos en el estudio y creación del cargador de un rifle. Este trabajo despertó en Lueger la afición por el diseño de armas. A pesar de ello, se vio en la necesidad de seguir ganándose la vida como ingeniero de ferrocarriles, lo cual no le impidió dedicar parte de su tiempo a la investigación de los automatismos de las armas.
En 1891 abandona Austria y es reclamado para trabajar en la fábrica Ludwig Loewe de Berlín, ostentado al poco tiempo el título de asesor de diseño. A partir de 1893, dentro de esta misma firma, comienza a colaborar con Hugo Borchardt en la mejora de la pistola semiautomática diseñada por este, pero las relaciones entre ambos nunca fueron cordiales pues Borchardt no aceptaba de buen grado que un extranjero metiera las narices en su proyecto.
La diferencia entre Borchardt y Lueger era que el primero, una vez había culminado un proyecto, lo dejaba de lado para emprender otro, mientras que Lueger, poseedor de un espíritu más crítico y perfeccionista, continuaba con él en busca de posibles mejoras.
En síntesis esto fue lo que pasó con la pistola Borchardt, si bien su invención debe ser atribuida a Hugo Borchardt, su perfeccionamiento es responsabilidad de Lueger quien, partiendo de ella, desarrolló el arma que le consagraría y le haría merecedor de formar parte importante de la historia armamentística de todos los tiempos: la pistola Luger P.08.
Su historia es la siguiente: en 1897, la Loewe cedió los derechos de construcción de la pistola Borchardt a la DWM de Berlín, iniciales de Deustche Waffen und MunitionsFabrik (fábrica de armas y municiones alemana), la cual encargó al joven ingeniero que modificase todo aquello que considerase necesario para mejorar su fiabilidad, manejabilidad y producción, ya que la pistola original de Borchardt era demasiado voluminosa como arma corta.
Lueger la rediseñó, reduciéndola drásticamente. El resultado fue todo un éxito; no sólo era un portento de tecnicismo, si no que además tenía un diseño bellísimo, lo que la convirtió en la pistola más conocida de la historia de las armas de fuego.
Las primeras patentes de la pistola Lueger-Borchardt se registraron a finales del siglo XIX. En Alemania se patentó con el Nº 109.481 el 30 de septiembre de 1898; el 29 de abril de 1899 se patentó en Inglaterra con el Nº 9040/99, y el 9 de diciembre de 1899 en los Estados Unidos con el Nº 639.414.
El mercado norteamericano la conoció a partir de la Primera Guerra Mundial, pues fueron muchos los combatientes que se la llevaron como trofeo de guerra. Allí fue rebautizada con el nombre de Luger por deformación lingüística, eclipsando también a su original progenitor, Hugo Borchardt.
George Lueger murió en 1922, dejando una enorme huella en la historia de las armas de fuego.