J.M. Firearms Collection

WEBLEY Mark VI con bayoneta PRITCHARD - GREENER Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Webley & Scott Ltd.
Gran Bretaña
1917
Doble Acción
151 mm.
7 Estrí­as.

La I G.M. también es conocida como la Guerra de las Trincheras pues debido a los gases y a las bombas de niebla, era relativamente fácil ir de una trinchera a otra. Los alemanes, armados con sus pistolas ametralladoras Mauser C.96, contaban con un arma muy efectiva para barrer trincheras de enemigos. Los británicos no tení­an entre su armamento nada igual, así­ que se las ingeniaron para modificar al Webley Mark VI y armarlo con los pertrechos necesarios para realizar esa función. Así­ nació el Webley con culata y bayoneta que algunos llaman la Carabina Webley.
La bayoneta fue patentada con el Nº 17143/16 en noviembre de 1916 por el teniente Arthur Pritchard del Tercer Batallón del Regimiento Real de Berkshire.
Se le denominó Pritchard-Greener Bayonet al ser fabricadas por W.W. Greener de Birmingham aprovechando y transformando las bayonetas francesas del fusil Gras. Sólo unas 200 de estas bayonetas fueron fabricadas y vendidas de manera privada a oficiales británicos.
La culata, en cambio, pertenecí­a a la pistola de bengalas con paracaí­das Webley & Scott No.1 Mk.1 de 1916, la cual tení­a el mismo armazón de la culata que el revólver.
Se calcula que el número fabricado de estos revólveres no superó las 200 unidades, teniendo en cuenta la cantidad de bayonetas fabricadas para él, lo que lo convierte en una pieza de alto valor y muy codiciada por los coleccionistas.

EL WEBLEY Mark VI

James Webley comenzó a trabajar en una fábrica de armas en 1830 siendo aún un adolescente. Cuando tuvo los conocimientos necesarios decidió independizarse, formando junto con su hermano Philip (1813-1888) una sociedad dedicada a la fabricación de armas en Birmingham. Al principio comenzaron fabricando armas de percusión para otros armeros, patentando su primer revólver de diseño propio el 28 de marzo de 1853.

Fueron comienzos duros para la Webley debido a que en esa fecha los revólveres de la firma británica Adams y los de la norteamericana Colt, que habí­a abierto una fábrica en Londres, eran una dura competencia. Con el tiempo llegó a ser la firma más importante de Europa en la producción de revólveres pues proveí­a a todo el extenso Imperio británico.

La firma Webley fabricó revólveres dotados de todos los sistemas: percusión, Lefaucheux, fuego anular y fuego central. Su fama fue tal que la Smith & Wesson les concedió en 1865 licencia para fabricar los suyos con la única condición de que fueran destinados a Europa. También construyó pistolas semiautomáticas, pero nunca contaron con la aceptación obtenida por sus revólveres. Su primera pistola semiautomática aparece en 1903 preparada para disparar el brutal 455. Una versión mejorada de ésta fue declarada reglamentaria para la marina británica en 1913 con la denominación de Webley Mark I.

Uno de sus éxitos fue lograr que declararan reglamentario en 1868 su revólver Mod. R.I.C. Royal Irish Constabulary -Real Cuerpo de Policí­a Metropolitana Irlandesa- para dotar a su policí­a, siendo también adoptado por las de Sudáfrica y Australia. También fue muy popular su revólver British-Bulldog de 1878 gracias a su corto cañón y gran calibre. Este modelo fue uno de los más copiados a lo largo de todo el mundo. Con él asesinó Charles Jules Guitean al Presidente de los Estados Unidos, James A. Garfield en julio de 1881.

En 1897 se asoció, para beneficiarse de sus patentes, con otros dos célebres armeros ingleses: W.C. Scott & Sons y Richard Ellis & Sons, formando la compañí­a Webley & Scott Revolver & Arms, con sedes en las ciudades de Londres y Birmingham. En 1906, Ellis se retiró de la sociedad, pasándose a llamar definitivamente Webley & Scott Ltd.

Pocos ejércitos han sido tan conservadores como el británico. Mientras los demás paí­ses se inclinaban por las pistolas semiautomáticas -los Estados Unidos tení­an como reglamentaria la Colt Modelo 1911 y Alemania la Luger P.08- Gran Bretaña permanecí­a fiel a su revólver Webley.

Como ejemplo de su conservadurismo está la anécdota del revuelo que causó entre sus oficiales en el XIX el cambio de color del uniforme que durante tantos siglos habí­a sido de un intenso color rojo. El hecho de usar ese color tení­a una explicación psicológica, pues el enemigo, al ver una ingente masa de soldados, bramando alaridos aterradores y ataviados con el color de la sangre, hací­a que a sus contrincantes les pareciera que su número era muy superior al que en realidad era, pero ya en pleno s. XIX, con ejércitos dotados de armas avanzadas, pretender no cambiar su color era conceder al enemigo un blanco fácil, por lo que ese conservadurismo conllevaba, a la vez que un desprecio total hacia las vidas de sus propios soldados, una ridiculez.

En 1915, en plena I Guerra Mundial, el revólver Webley Mark VI, fue declarado reglamentario para el ejército británico, sustituyendo al modelo Mark V, que fue el primer revólver de esta firma que usó pólvora sin humo. Lo primero que nos llama la atención al verlo es su tamaño exagerado, pero pensemos que cumplí­a perfectamente con el cometido para el que era requerido: la eficacia en la lucha cuerpo a cuerpo, ya que a la I Guerra Mundial también se la recuerda como la Guerra de las Trincheras, pues debido a los gases y a las bombas de niebla, era relativamente fácil ir de una trinchera a otra.

Todas sus piezas están estudiadas al último detalle. Por ejemplo, los alerones laterales, situados directamente delante del tambor, tienen como misión la de facilitar la entrada del arma en la funda sin que tropiece en el frente del tambor. Las cachas estaban realizadas en pasta marrón oscuro y el sistema de extracción se basa en una palanca ubicada en el lado izquierda del arma que, al oprimirla, hace bascular el cañón facilitando la operación de carga y descarga.

El cartucho 455 es el resultado de la experiencia adquirida durante largos años de luchas coloniales, en las que destacaban por su gran poder de parada. Solí­a ocurrir que indí­genas completamente drogados, armados con machete y motivados con la idea de que con una muerte honrosa irí­an al paraí­so, soportaran muchos disparos antes de acabar abatidos. Éste es el motivo por el que los oficiales prefiriesen este cartucho a otros con mayor perforación y velocidad.

De este revólver se llegaron a construir más de 300.000 ejemplares y, todaví­a, continúa en uso en lugares del continente asiático y africano como vestigio de lo que una vez fue un gran Imperio.

En 1926 la Webley comienza a construir un nuevo revólver de calibre 38, aunque no fue adoptado oficialmente hasta 1932. De cualquier forma, al estallar la II Guerra Mundial fueron muchos los veteranos que eligieron el potente 455 que tan buen servicio les habí­a prestado durante la Gran Guerra.

En 1900, Webley & Scott Ltd. contaba con 600 empleados que fabricaban diariamente 100 revólveres. Seis años más tarde, esta cifra alcanzó las 360 unidades, siendo prácticamente imposible calcular el número global de producción que tuvo desde su fundación hasta el final de la II Guerra Mundial, con su serie de revólveres Mark.

Los revólveres Webley Estuvieron en servicio hasta 1947 en que fueron sustituidos por la pistola FN H.P., después de haber servido durante las dos guerras mundiales, la guerra de los Boers y en infinidad de insurrecciones indí­genas, entre la que destaca la de los Cipayos en la India.