J.M. Firearms Collection

MODELO 1884 ESPAÑOL Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Anónimo
Posiblemente eibarés
1880 - 1920
Doble acción
1100 grs.
Nacar
Estriada
Durante el agitado perí­odo de la Historia de España comprendido entre la revolución de 1868 y la época conocida como Restauración, el ejército y la armada tuvieron ocasiones sobradas de probar en combate las nuevas armas resultantes del desarrollo industrial dotadas de sistema de fuego central que superaban con mucho a las adoptadas como reglamentarias en fechas todaví­a muy recientes, como el revólver Lefaucheux Modelo 1863, y que habí­an sido diseñadas para prestar un dilatado servicio a nuestras tropas; el elevado coste que suponí­a la modernización de dicho armamento fue la causa fundamental de que el mencionado revólver se mantuviera en servicio.

No obstante, una misiva del presidente del Poder Ejecutivo fechada el 23 de noviembre de 1874, autorizaba a jefes y oficiales a utilizar el revólver Smith & Wesson Modelo Nº 3 como arma reglamentaria, ya que algunos lo habí­an comprado de manera privada. Ese documento ofrecí­a información más propia de un anuncio comercial que de una autorización oficial, al indicar que tales armas podí­an adquirirse en Madrid a través de Don Joaquí­n Aramburu, de la calle Regueros Nº 7 al precio de 450 ó 585 reales, según contase o no con culata adaptable, incluyendo una dotación de 100 cartuchos.

Por fin, por Real Orden del 6 de octubre de 1884 se declaraba reglamentario este revólver, denominándolo Modelo 1884. Su descripción era harta ambigua: sólo indicaba que deberí­a tener una longitud que podrí­a oscilar entre 240 y 260 mm.y que su peso debí­a estar comprendido entre 850 y 900 gramos. Asimismo, recomendaba a la oficialidad la adquisición del modelo que, con el Nº 7, ofrecí­a en su catálogo la firma Orbea Hermanos de Eibar, al que denominaba de "sistema Ona", palabra que en vascuence significa bueno.

La notable producción que de este revólver realizó la firma Orbea Hermanos obliga a pensar que gran parte de la oficialidad española siguió la recomendación incluida en la citada Real Orden.

Participaron intensamente en las guerras del Norte de Africa y en las de Cuba y Filipinas.

La fabricación de los revólveres tipo Smith & Wesson -en España llamados popularmente euskaros o eibarreses de 5 tiros- se mantuvo en la zona armera vasca por más de medio siglo. Prácticamente todos los fabricantes de la zona incluyeron estos revólveres en sus catálogos desde finales del s. XIX hasta la primera treintena del XX, momento en que tomaron un mayor auge los revólveres con sistema de carga oscilante lateral y las pistolas semiautomáticas.

El revólver reglamentario Modelo 1884 utilizaba cartuchos del calibre 44 S&W., pero también se fabricaron ejemplares para el uso civil con calibres 22, 32 y 38 S&W. con mucho menos poder de parada pero más aptos para la defensa personal.

Habiéndose quedado obsoletos los cartuchos cargados con pólvora negra, por R.O. de 23 de agosto de 1915 se declaró reglamentario el "Cartucho Modelo 1915 para revólver Modelo 1884", que debí­a de producir una velocidad de 180 m/s a 10 metros de la boca del cañón.

Se decí­a que su gran defecto estribaba en su alto í­ndice de peligrosidad, pues al no ser un revólver de armazón fijo, sino que se basculaba para su carga y descarga, y debido a lo potente de su cartucho, el 44 S&W., existí­a el peligro de que pudiera abrirse en el momento del disparo, impactándole al tirador con la vaina en la cara.

En el ejército, permaneció en activo hasta 1913, en que se declaró reglamentaria la pistola semiautomática diseñada por el conde de Campo Giro y que lleva su nombre, mientras que en la Guardia Civil lo fue hasta 1924 en que serí­an definitivamente entregados en los parques de Artillerí­a después de que por fin todos sus miembros estuvieron dotados de la reglamentaria pistola STAR Modelo 1922.

Datos técnicos
Anónimo
Posiblemente eibarés
1880 - 1920
Doble acción
1100 grs.
Nacar
Estriada
- REVÓLVER EUSKARO -

- PLAGIO DE LOS SMITH & WESSON -

Sobre 1865, el ingeniero Bullard, de la firma Smith & Wesson, incorporó a los revólveres de esta casa el sistema de extracción basculante inventado por él mismo. De este modo, entre 1870 y 1886, la Smith & Wesson sacó al mercado una serie de revólveres de variados calibres dotados con sistema de extracción Bullard.

Rápidamente se hicieron infinidad de copias en toda Europa debido al éxito alcanzado en los Estados Unidos. Concretamente en España, entre los años 1890 y 1920, se construyó en casi todas las fábricas y talleres familiares, con muy pocas variaciones entre unos y otros.

Cuenta la leyenda que la industria armera vasca tuvo el primer contacto con estos revólveres de modo totalmente accidental, pues se dice que un indiano, al no localizar en Eibar munición para su Smith & Wesson que se habí­a traí­do de ultramar, aceptó cambiarlo a un avispado armero por otro del sistema Lefaucheux.

De este modo, casi todos los apellidos de armeros vascos de la segunda mitad del siglo XIX están representados en estos revólveres y, por desgracia, la mayorí­a se fabricaban con materiales de í­nfima calidad con el fin de abaratar precios, aunque como siempre existieron muy honrosas excepciones. Estas armas son popularmente conocidas por los coleccionistas como revólveres Euskaro o Eibarreses de cinco tiros.

Solí­an llevar inscritas en la solapa del cañón y en un inglés poco ortodoxo, la advertencia de que se usara únicamente munición Smith & Wesson. Debido a la ignorancia de la época hacia los idiomas, el comprador sólo reconocí­a entre el texto el nombre de la marca norteamericana, por lo que creí­a estar comprando un original.

Una de las excepciones a las que antes me referí­a está representada en la copia realizada por Orbea Hermanos, y que aparecí­a en su catálogo bajo el nombre de "sistema ONA", palabra que en vasco significa bueno. Prueba de ello es que fue declarado reglamentario para la oficialidad del ejército español por Real Orden del 6 de octubre de 1884.

Los de grueso calibre, tales como el de 44 pulgadas, fueron los preferidos por los oficiales y en ellos no hay tanta cantidad de variantes, pero en los fabricados en calibres 32 y 38 más propios para uso civil, la diversidad es enorme.

En un catálogo de la armerí­a Eduardo Schilling de Barcelona correspondiente a principios del siglo XX, se ofrecí­an estos revólveres a un precio de 13 pesetas, mientras que los Smith & Wesson originales ascendí­an a 100 pesetas. Debido a esta considerable diferencia, es natural que el público en general se decantasen por los plagios.

Durante la I Guerra Mundial, saborearon un buen momento al merecer el interés de algunos de los paí­ses beligerantes. El desinterés inglés por las pistolas semiautomáticas, y la escasez que sufrí­a su ejército de armas cortas fue el principal motivo de que aceptara la adquisición de estos revólveres de fabricación española. Encargándoles su fabricación, en calibre 455 British que era el reglamentario allí­ a las firmas Gárate, Anitua y Cia. y Trocaola, Aranzabal y Cia., ambas empresas vascas.

Como quiera que este primer pedido fue insuficiente para cubrir las necesidades de su ejército, Inglaterra contrató a mas armeros vascos para que la abastecieran de un número mayor de estas armas. Para poder cumplir con dicho pedido, en Eibar se organizó una especie de empresa comunitaria mediante la formación de un sindicato donde se aglutinaban todos los fabricantes de este tipo de armas. Dicho sindicato estaba presidido por la firma Orbea Hermanos. Pero surgieron problemas a la recepción de las armas al ser rechazadas en su práctica totalidad por el "H.M. Inspector of Small Arms" alegando defectos de fabricación, por lo que volvieron a España con destino al mercado civil.

Mejor suerte corrieron los fabricados por Orbea Hermanos que los reexportó a Italia recalibrados para el cartucho de 10,35 mm., que allí­ era el reglamentario entonces, a través de las firmas Solari de Roma y Tettoni de Brescia.