J.M. Firearms Collection

HAMMERLI Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Hammerli
Lenzburg o Berna (Suiza)
1898
Fuego central
Madera
Estriada
El origen de las armas de precisión, tiene mucho que ve con las armas que se fabricaban al "servicio del honor", es decir, con las pistolas de duelo. Desde el siglo XVII hasta finales del XIX, esta modalidad fue un azote para la sociedad, ya que con ella se resolví­an la mayorí­a de los "contenciosos" para defender un supuesto honor mancillado. No se concebí­a un caballero que se dignase serlo, que no aportase en su ajuar un estuche con una pareja de pistolas de duelo, también llamadas de desafí­o.

Durante todo el siglo XIX, los caballeros realizaban habitualmente prácticas de tiro con este tipo de arma para poder defender su honor si la ocasión lo requerí­a. Hacia finales de dicho siglo, debido a la presión estatal que nunca autorizó este tipo de prácticas, dejaron de fabricarlas después de 300 años de producción. Pero gracias a la invención del cartucho metálico Flobert, pudieron seguir con su afición dándole ahora un enfoque meramente deportivo. Este nuevo cartucho agilizaba, en gran medida, el proceso, ya que no tení­an que realizar las engorrosas tareas que exigí­a la avancarga, pudiéndose pasar una jornada tranquila realizando disparos sin tener que "construirse" ellos mismos las balas. Raro era el acontecimiento social en que no hubiese incluido en su programa un torneo de tiro al blanco donde, por supuesto, también participaban las damas en su modalidad.

Para conseguir mejores puntuaciones necesitaban que se incluyesen al menos tres caracterí­sticas muy diferentes a las de las armas de duelo a que estaban habituados a utilizar. Éstas eran :

1º- Era primordial aligerar el peso del arma. En el duelo se tiraba de forma casi instintiva mientras que en el tiro de precisión se permanece cierto tiempo apuntando con el brazo totalmente extendido, por lo que sí­ el arma pesa demasiado el pulso pronto lo nota.

2º- El sistema de miras en un arma de duelo es completamente abierto. Como no habí­a tiempo para apuntar, se disparaba al bulto sin importar en que parte del cuerpo impactase, pues en la mayorí­a de los duelos se pactaba la interrupción del mismo a la primera sangre. Pero en las tiradas de precisión, las miras debí­an ser lo más cerradas posibles para conseguir la máxima precisión.

3º- También era primordial la reducción del calibre, así­, se pasó de aproximadamente 16 mm. a otro mucho más pequeño, normalmente de 5,5 mm.

La fábrica Hammerli fue una de las pioneras en la fabricación de armas de precisión. Su fábrica estaba a unos 60 kilómetros de Zurich en la localidad suiza de Lenzburg y posee un excelente renombre dentro del gremio debido a la gran calidad de sus armas.

Fue fundada por el maestro armero Jojann Ulrich Hí¤merli y sus hijos continuaron con la gestión iniciada por su progenitor cuando éste falleció. Actualmente esta marca se la conoce como una de las mejores del mundo en materia de precisión. Uno de los récords más renombrados de la historia se consiguió con una pistola Hammerli en la modalidad de pistola libre por el tirador ruso G. Kossich en las Olimpiadas de México de 1968, donde logró hacer 572 puntos de 600 posibles sobre un disco negro de 5 cm. de diámetro colocado a una distancia de 50 metros.

Durante ambas guerras mundiales Suiza se declaró estado neutral, pero su nunca bien ponderada doble moralidad hizo que se paralizara la producción de armas de competición para dedicarse de lleno a la fabricación de armas de guerra destinadas a los paí­ses beligerantes.

En 1971, la firma suiza S.I.G., Schweizerische Industrie Gesellschaft, que a mediados del siglo XIX se dedicaba exclusivamente a la fabricación de vagones de ferrocarril, adquirió la mayorí­a de las acciones de la Hammerli, manteniendo la tradición armera destinada al tiro de alta competición. En 1975, se asoció con la Sauer und Sohn, situada en la ciudad de Eckernfí¶r al norte de Alemania y muy cerca de su frontera con Dinamarca. Esta sociedad se vio afectada por las fuertes restricciones que impusieron las leyes suizas en materia de exportación de armas ?adiós doble moralidad- problema que solucionaron encargándose la Sauer de su producción y distribución, limitándose la S.I.G. sólo al diseño e investigación.

Cuando comenzó su comercialización, a finales del siglo XIX, ya era un arma cara destinada a tiradores adinerados, pues Hammerli siempre utilizó materiales de primera calidad y sus armas estaban elaboradas de manera completamente artesanal. Para hacernos una idea, en los catálogos del armero Eduardo Schilling de Barcelona pertenecientes a finales de siglo XIX, podemos ver una pistola Hammerli de iguales caracterí­sticas que la de esta colección a un precio de 60 pesetas, importante cantidad para entonces, sobre todo si pensamos que en el mismo catálogo un revólver tipo Euskaro de 5 tiros costaba 17 pesetas.