J.M. Firearms Collection

CAMPOGIRO Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Esperanza y Unceta
Guernica
1916 - 1919
Semiautomático
165 mm.
1000 gr.
Madera
Estriada, 6 a la derecha
Por Real Orden de 25 de Enero de 1905 se autoriza su experimentación y estudio en la Fábrica de Armas de Oviedo.

En principio se construyeron 25 pistolas para su evaluación por una comisión creada para tal fin, con las cuales se hicieron ensayos hasta el 30 de junio de 1912, en que se dieron por terminados con unas conclusiones favorables, recomendando que la pistola se declarara reglamentaria.

Los cambios realizados del espécimen original comprendí­an la desaparición del sobre-seguro, una mayor longitud de la porción rayada para asidero en la corredera, que pasó a la zona de la ventana de expulsión y la colocación del liberador del cargador detrás del guardamonte.

Por Real Orden de 24 de Septiembre de 1912, se declaró reglamentaria la "Pistola Campo-Giro de 9 mm. Modelo 1912" para sustituir a la Bergmann Modelo 1903/1908, pero el Conde realizó una nueva patente con modificaciones en el arma, que según la comisión de experiencias "mejoraban el tipo ya declarado en servicio".

Estas modificaciones, según lo expuesto por la Comisión "están caracterizadas por la fijeza de su cañón, que en las anteriores era móvil, y tener un nuevo elemento que puede denominarse amortiguador del choque de retroceso, destinado, como su nombre indica, a amortiguar el choque producido al abrirse el arma durante su funcionamiento, asegurando el sistema y aumentando la duración de la pistola por atenuarse su trabajo durante el tiro; la precisión parecí­a que habí­a de resultar mayor, puesto que en los disparos que se sucedan al primero, por rápidos que se efectúen, la alteración de la punterí­a que produce por elevación del cañón en cada disparo, depende en gran parte de los choques que se producen".

Tras realizar las pruebas oportunas, y dado que aun no se habí­a empezado su fabricación, una nueva Real Orden de fecha 5 de Enero de 1914 declaraba reglamentaria la "Pistola Campo-Giro, de 9 mm, modelo 1913" con la denominación abreviada de "Pistª Autª Mod. 1913".

El dí­a 10 del siguiente mes, otra R.O. aprobaba las “instrucciones que comprenden la descripción, funcionamiento y datos de la pistola automática Campo-Giro, de 9 mm Modelo 1913”. El 8 de Abril se declaró reglamentaria la funda y el modo de llevarla.

La fabricación de esta pistola corrió a cargo de la empresa de Esperanza y Unceta que fabricó en 1914 un total de 1.300 unidades, 960 para el Ejército y 340 para venta al público. Según el capitán Barceló Rubí­, en su libro "Tres Siglos de Armamento Portátil Español" las fabricadas fueron sólo 960 unidades, numeradas del 1 al 960.

Tal vez la diferencia en los números la explique el mismo Barceló Rubí­. Según fuentes de la empresa Unceta y Cia, cuando se recomenzó la fabricación en 1916 del nuevo modelo, se usaron los del antiguo que estaban en fase de producción, duplicándose así­ la numeración. En cualquier caso, según esa misma fuente, la numeración llega hasta el número 1050, aunque se han visto ejemplares con números superiores, tal vez debido a la citada duplicidad en la numeración de los primeros modelos.

La producción se interrumpió tal vez debido al gran número de demandas de la pistola Rubí­ que esa misma casa fabricaba para la exportación durante la Primera Guerra Mundial.

Cuando se reanudo en 1916, el inquieto Conde Campo Giro habí­a ideado y patentado mas modificaciones a su pistola, que consintieron en cambiar la forma de la cachas (dotándolas de 2 tornillos) y la aleta del seguro y la situación de la palanca de retenida del cargador a la base de la culata, por lo que una nueva Real Orden del 16 de Septiembre de 1916, cambió la denominación a Pistola Campo-Giro de 9 mm. Modelo 1913-16, siendo su precio de 61 pesetas.

Pronto pudo demostrar su valí­a, teniendo su bautismo de fuego en las tierras del Norte de ífrica donde equipó a la oficialidad y demostrando su superioridad con respecto a las otras armas entonces en servicio.

Según Barceló Rubí­ y Juan L. Calvo el número de total de pistolas de este modelo fabricadas fueron 13.625, dejándose de fabricar en 1919.

Fueron repartidas por años de la siguiente manera:

2.419 en 1916. Números del 961 al 3.379.
1.000 en 1917. Números del 3.380 al 4.379.
4.259 en 1918. Números del 4.380 al 8.638.
5.500 en 1919. Números del 8.639 al 14.138.

Un dato: en 1959 y 1960, y 1965 y 1966, las pistolas de este modelo que se encontraban en los arsenales españoles fueron vendidas al norteamericano Sam Cummings fundador de la empresa INTERARMS situada en Alexandria (VIRGINIA) en calidad de excedentes militares. ¡Paí­s…!

Jesús Madriñán
Datos técnicos
Esperanza y Unceta
Guernica
1916 - 1919
Semiautomático
165 mm.
1000 gr.
Madera
Estriada, 6 a la derecha
D. Venancio López de Ceballos y Aguirre
CONDE DE CAMPO GIRO

DE GUARDIAMARINA A INVENTOR.

La reseña de que D. Venancio López de Ceballos y Aguirre nació en Peña Castillo, Santander, el 1 de agosto de 1856 puede leerse en el encabezamiento de la Hoja de Servicios perteneciente a la Segunda Subdivisión del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército, donde el creador de la más genuina pistola española sirvió sus últimos años como militar en activo. Pero antes de ahondar en la historia, aclarar que la denominación de Campo Giro, nombre de una zona aledaña a la ciudad de Santander, es la que le concedió el rey al otorgar el tí­tulo de Conde a uno de sus antepasados como premio por sus hechos de armas.

D. Venancio era el segundo de tres hermanos, llamándose Antonia la menor, y Juan el primogénito, quien asimismo fue militar de Caballerí­a, carrera en la que alcanzó el rango de general.

Inducido por el ambiente marinero de la capital montañesa, ingresó en la Escuela Naval de San Fernando (Cádiz) aunque, sin llegar a cumplir los veinte años, el 30 de julio de 1876, ingresa en la academia de Caballerí­a de Valladolid, en la que permanece hasta el 10 de julio de 1879 y en la que alcanza el grado de alférez, siendo el número uno de su promoción.

El 1 de septiembre de 1881 ingresa como alumno de la Escuela de Estado Mayor, alcanzando en julio de 1885 el grado de teniente, y siendo ascendido a capitán el 15 de abril de 1893.

Ese mismo año es destinado a ífrica donde recibe su bautismo de fuego, destacando por su actitud frente al enemigo reflejada en su Hoja de Servicios, donde incluso se indica su estatura (1,75 m), nada despreciable para la época, así­ como que hablaba fluidamente inglés y francés.

Ascendió a comandante el 13 de febrero de 1897, participando voluntariamente en la Guerra de Cuba, hacia donde partió el 23 de febrero de 1898 desde A Coruña en un vapor que llegó a La Habana once dí­as después, para ser asignado como Jefe de Estado Mayor de la Brigada de Matanzas, nombre que recibe una zona de la isla.

Después de varios destacados hechos de armas, y de haber sido jefe de Estado Mayor de la Tercera División del Cuerpo de Occidente, se ordena su regreso a la Pení­nsula tras ser nombrado diputado a Cortes por la provincia de Cáceres, fijando su residencia definitiva en Madrid y quedando en situación de excelente.

A finales de 1899 cesa en su cargo de Diputado y vuelve con la Cruz de segunda clase al Mérito Militar con distintivo rojo, en recompensa al comportamiento observado durante el bombardeo de la plaza de Matanzas, y dos meses después se le concede otra condecoración de igual rango, y pensionada, por las operaciones efectuadas en Cuba desde el 27 de abril hasta el 16 de agosto de 1898.

Con el comienzo del siglo XX, de nuevo excedente, solicita licencia para viajar a Francia e Italia, seguramente motivado por el diseño de su futura pistola.

En esta situación de excedencia y supernumerario sin sueldo permaneció varios años, siendo nombrado ayudante de campo del Capitán General Fernando Primo de Rivera y ascendido a teniente coronel del Estado Mayor en 1909.


1904-1913-LA GESTACIí“N DEL ARMA

El Conde renunció a su carrera militar para dedicarse plenamente a la creación de su pistola, cuyos prototipos se realizaron en la Fábrica de Armas Portátiles de Oviedo, en 1904. De esta primera pistola hubo tres variantes que se distinguí­an por detalles en el martillo percutor y en la forma del armazón de la empuñadura, cubiertas por la patente Nº 34.798 de ese mismo año. El diseño incluí­a las posibilidades de que esta arma se fabricase en calibres 7,65 mm, 9 mm Corto, 9 mm Largo Bergmann y .45.

Con el fin de que su pistola fuera adoptada por el Ejército, trabajó evolucionándola constantemente, consiguiéndolo por fin por la Real Orden Nº 216 de 24 de septiembre de 1912, que la declaró reglamentaria, denominándola Pistola Campo Giro.

Este arma debió ser hasta bastante después de su reglamentación notablemente escasa, pues el Teniente Coronel Vázquez de Aldana, en su obra “Armas y Defensa”, hace una amplia mención de ella, pero sólo por referencias, ya que dice no haber sido capaz de encontrar ninguna en el comercio para poder evaluarla adecuadamente, lo que es sorprendente no sólo por su condición de militar de alta graduación, sino además porque estas palabras fueron escritas ya en 1916.

D. Venancio pudo ver como su sueño se hací­a realidad, incluso como el rediseño de su arma obtení­a también los beneplácitos oficiales para continuar su nombre y hasta la estrella de cinco puntas alusiva al Cuerpo de Estado Mayor. Sin embargo, no alcanzó a disfrutar este hecho, pues aunque el Modelo 1913-16 se daba como seguro sustituto a su predecesor, la aceptación oficial no se producirí­a hasta 1917, después de que el capitán Luí­s Stuyck fuera comisionado para evaluar su idoneidad.

El Conde del Campo Giro morí­a el 22 de mayo de 1916 a consecuencia de las heridas producidas en la Casa de Campo de Madrid, cuando tras sufrir un desvanecimiento su caballo se desbocó, produciéndose en la caí­da la fractura de la base del cráneo. Sus restos reposan desde entonces en la Sacramental de San Isidro de Madrid.

El 4 de julio de 1918, en memoria y reconocimiento a los servicios prestados, Alfonso XIII concedió a su hijo Gonzalo el tí­tulo de Conde de Peña Castillo.

El inventor de esta arma fue un hombre culto que, como incluso refleja su historial militar, hablaba varios idiomas, algo poco frecuente en aquellos años, y que viajó por diversos paí­ses acrecentando aún más su cultura y conocimiento. No obstante, no cursó estudios de ingenierí­a, aunque sí­ se aplicó en el conocimiento de la resistencia de materiales, balí­stica, etc., que tan útil le resultarí­a en el desarrollo de su invento.