J.M. Firearms Collection

PISTOLA FRENO DE COCHERO Colección de Jesús Madriñán

Datos técnicos
Anónimo
Parí­s (Francia)
1880 Aprox.
Lefauchueux
540 mm.
Lisa
A mediados del s. XIX, Parí­s era ya una de las capitales más importantes del mundo. En esta gran urbe conviví­an, además de la más pura aristocracia, una rica burguesí­a y un ejército de obreros venidos de todos los rincones del paí­s para poner en marcha la llamada Revolución Industrial. Esta amalgama de clases inducí­a a que convergieran allí­ la flor y nata de la delincuencia de la nación.

Eran muchos los que llegaban en busca de un puesto de trabajo y pocos los que lo conseguí­an. Así­, empezaron a formarse en los bajos fondos lo que popularmente serí­a conocido como el Parí­s Apache, compuesto por pequeñas mafias que se dedicaban a robar a los más económicamente afortunados.

El peligro a toparse con una de estas bandas estaba siempre latente, así­ que con el fin de protegerse de ellas, la aristocracia y la burguesí­a se dedicaron a comprar toda clase de artilugios destinados a su protección personal.

Una de las medidas que se hizo más usual, fue la de dotar a sus cocheros de una pistola monotiro con forma de cachorrillo pero con un cañón desmesuradamente largo. Así­, desde el pescante del carruaje, podí­a proteger a los pasajeros si se veí­an amenazados por algún indeseable. Si esto ocurrí­a, el cochero sólo tení­a que alargar el brazo hacia atrás para que la boca del cañón llegara a la altura de la puerta del pasajero, pudiéndole disparar al intruso a quemarropa si fuese necesario.

Como dato curioso señalar que también hací­a la función de freno aplicando directamente la parte inferior de la empuñadura sobre la rueda como así­ lo demuestran las enormes erosiones que estas armas tienen siempre en la misma.

Este tipo de pistola fue únicamente fabricada en Francia. Las más antiguas funcionaban a percusión, pero posteriormente se construyeron del sistema Lefaucheux. Resulta bastante fácil confundirla con la llamada "pistola de bota" que aunque muy parecida, carecí­a de un cañón tan largo al tener que ir escondida en la caña de la bota.